· Las medidas para hacer frente a la emergencia climática deben incluir el uso sostenible de los humedales y acciones destinadas a su conservación y restauración puesto que estos ecosistemas ayudan a contrarrestar los impactos del cambio climático.
· El agua es un elemento esencial para el desarrollo sostenible y una correcta gestión de los recursos hídricos es clave para reducir la pobreza, crear empleo verde y decente y aumentar la sostenibilidad ambiental.
· Hay que trabajar para lograr el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 y garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas.
El 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales, una fecha que se celebra cada año desde 1997 en honor al día en que se adoptó la Convención Ramsar sobre humedales, en 1971. El objetivo es llamar la atención sobre la importancia de promover la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales en este importante ecosistema. No sólo por albergar diversas especies de plantas y animales acuáticos, sino también por el mantenimiento del medio de vida para millones de personas que viven y dependen de ellos para su supervivencia.
El lema de este año es “Los humedales y el agua” y el hashtag #RestaurarHumedales, unos mensajes con los que se quiere destacar la importancia de los humedales como fuente de agua dulce y la necesidad de actuar para restaurarlos y detener su pérdida y deterioro.
Los humedales ayudan a la protección de la biodiversidad (el 40% de las especies del planeta viven y se reproducen en humedales) y al desarrollo social y económico a través de los diversos servicios que aportan entre los que destaca su capacidad para almacenar y depurar el agua.
Actualmente vivimos una crisis creciente de agua dulce que amenaza a las personas y al planeta ya que se está utilizando más agua de la que se genera, lo que tiene consecuencias nefastas para los humedales puesto que la unión entre este ecosistema y el agua es inseparable y esencial para la vida, el bienestar y la salud de nuestro planeta.
Impulsar el consumo sostenible de agua en el planeta
Únicamente el 2,5% del agua del planeta es agua dulce y está almacenada mayormente en glaciares, casquetes polares y acuíferos, lo que supone que solo un 0,3% del agua potable está disponible en forma de precipitaciones, ríos o lagos. Esta cantidad finita contrasta con el uso insostenible que hacemos de la misma, que se ha multiplicado por seis en los últimos cien años. Actualmente utilizamos 10.000 millones de toneladas de agua al día (un 70% se utiliza para cultivar alimentos y un 22% se utiliza en los sectores industrial y energético).
El crecimiento de la población, la urbanización masiva y los patrones de consumo ejercen una presión intolerable sobre los humedales y el agua, de hecho, casi todas las fuentes de agua dulce del mundo están en peligro y el 82% de la población mundial está expuesta a niveles elevados de contaminación en su suministro de agua. Hoy en día, 2.200 millones de personas carecen de acceso a agua potable segura. Este consumo excesivo que hacemos del agua hace que queden menos recurso para la naturaleza.
La pérdida y contaminación de los humedales han intensificado una crisis del agua que amenaza la vida en general con datos alarmantes, como que se ha perdido casi el 90% de los humedales desde 1700, que los que quedan están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques, o que el 25% de todas las especies que habitan en los humedales están amenazadas de extinción, algo que evidencia que necesitamos actuar urgentemente e implantar medidas encaminadas a frenar su degradación.
Humedales y cambio climático
En relación con la emergencia climática, indicar que los humedales son los mayores y más efectivos sumideros de carbono de nuestro planeta, reducen los impactos de las inundaciones y de la escorrentía superficial ya que almacenan y absorben el excedente del agua de lluvia y, además, el agua acumulada se libera posteriormente durante las épocas de sequía, retrasando la aparición de la mismas y ayudando en la adaptación al cambio climático.
Asimismo, los humedales costeros como las marismas saladas, los manglares, las praderas de pastos marinos y los arrecifes de coral protegen las costas de los efectos climáticos extremos ya que actúan como amortiguadores y reducen la intensidad de las olas y los tsunamis, protegiendo al 60% de la humanidad que vive y trabaja a lo largo de las costas, de las inundaciones y los daños materiales y personales que pueden ocasionar.
Medidas para proteger y restaurar los humedales
Para UGT es necesario establecer una gestión sostenible del agua, protegiendo y restaurando los ecosistemas que la almacenan a través de soluciones basadas en la naturaleza, ajustando la demanda a la cantidad de agua disponible teniendo en cuenta los impactos del calentamiento global, abordando los graves problemas de la contaminación del agua, aumentando la eficiencia en el consumo de agua tanto en sectores como el agrario o industrial como en las ciudades, etc.
El sindicato insta a que las estrategias para hacer frente al cambio climático incluyan el uso sostenible de los humedales, además de medidas destinadas a su conservación y restauración. Debemos trabajar juntos para proteger estos ecosistemas, que nos ayudan a prepararnos para enfrentar y contrarrestar los impactos del cambio climático.
Por último, recordar que el agua es un elemento esencial para el desarrollo sostenible y una correcta gestión de los recursos hídricos es clave para reducir la pobreza, crear empleo verde y decente y aumentar la sostenibilidad ambiental. Hay que trabajar incansablemente para lograr el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 y garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas.