Ayer viernes se produjo una nueva pelea en un centro de salud, esta vez en Jerez de la Frontera. Un grupo muy numeroso de personas, por encima de los 20, se liaron a golpes entre sí. Tenían distintas edades, desde muy jóvenes hasta jubilados por encima de los 65 años. Emplearon palos, navajas y mobiliario del propio centro de salud.
El resultado de la reyerta fue un celador y varios de ellos heridos. La chispa que originó la pelea fueron los celos, al parecer una joven llegó al lugar con su nuevo novio donde se hallaba su ex y al final las familias de ambos bandos terminaron enzarzadas.
Tan solo un vigilante de seguridad trataba de poner paz en los exaltados y violentos. También sufrió varios golpes, hasta que se calmó la situación con denuncias mutuas.
La situación de los vigilantes de seguridad es de total indefensión, solo uno debe enfrentarse a situaciones como la relatada y apenas cuanta con medios. Se ve solo frente a esa turba de personas que apenas puede contener. Son situaciones que se viene repitiendo en toda la geografía española.
Juan Gómez, presidente de la Asociación Nacional de Seguridad Privada: “las personas no entienden que la pandemia la sufre todo el mundo y que deben esperar cuando llegan a los Centros de Salud y cargan su frustración contra el vigilante… pero la pandemia no es una excusa, ya que en otras muchas instalaciones y las agresiones no cesan, van a más, los vigilantes necesitan “más seguridad” y la situación debe cambiar.”
Esto es una vergüenza mientras el estado no hace nada para poner dos policía nacionales cerca de un vigilante de seguridad.