En un comunicado conjunto de los sindicatos que representan a los trabajadores del Centro Penitenciario de Madrid III – Valdemoro, ACAIP-UGT, APFP, CCOO y CSIF, agradecen Daniel Portero, diputado del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, su intervención para que los servicios de Emergencias de la Comunidad de Madrid desbloquearan el acceso a la prisión de Valdemoro y permitir rescatar a 100 trabajadores que permanecían aislados durante más de 60 horas por el temporal de frio y nieve.
En este comunicado los sindicatos no se olvidan de los Forestales de Pinto, que colaboraron en trasladar a los compañeros del relevo desde la estación de Cercanías de Pinto hasta el centro penitenciario.
Y recuerdan a los empleados públicos de la prisión, que soportaron con estoica profesionalidad casi 80 horas de trabajo continuado, con la incertidumbre de su liberación, en condiciones laborales e higiénicas lamentables y perfectamente mejorables y con una sensación generalizada de falta de empatía y preocupación por parte de la Dirección del centro.
Señalan con gratitud a los compañeros que con sus vehículos particulares estuvieron subiendo y bajando a los empleados públicos aislados por el temporal y su relevo entre el Centro penitenciario y la Localidad de Pinto, a los trabajadores que, siendo su día libre, se presentaron voluntariamente a relevar a los que llevaban 80 horas de servicio continuado, a los compañeros que tardaron hasta cuatro horas desde sus domicilios al centro de trabajo para hacer el relevo, a los internos en general y a los destinos en particular por su comprensión, paciencia y colaboración.
La plantilla de Valdemoro ha demostrado un nivel de responsabilidad, compañerismo y compromiso que no se merecen ni la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, ni la Dirección del centro penitenciario.
Los sindicatos ACAIP-UGT, APFP, CCOO y CSIF señalan que a pesar de las advertencias de las autoridades en meteorología y la alerta roja decretada en la Comunidad de Madrid, la Dirección del centro no previno las necesidades básicas con las que se podían enfrentar los trabajadores en sus puestos de trabajo.
- Faltaron mantas, ropa de abrigo, lugares de descanso acondicionados para pasar las duras y largas noches de frio y nieve, toallas, artículos de higiene personal y ropa de cambio.
- Faltó organización en las comidas, en los menús, botellas de agua, así como lugares apropiados donde comer los casi 100 empleados públicos. Tampoco se establecieron turnos de descanso durante las interminables jornadas de trabajo, donde la ausencia de conflictividad entre la población reclusa fue la nota dominante. No se facilitaron todos los
medios existentes en el establecimiento. - A pesar de ser el Director del centro el mando de incidencias y vivir junto a la prisión, no dio orden de abrir los almacenes de ropa, mobiliario, alimentación o enseres para dotar a los trabajadores de todo aquello que necesitaran. La improvisación se convirtió en norma, y cada uno debió buscar la mejor forma de sufrir el frio, la incertidumbre o el aislamiento, mientras pasaban las horas, esperando el ansiado rescate que nunca llegaba.
Lo peor de todo, fue la incapacidad de la Secretaría General y la Dirección del centro para gestionar el despeje de la carretera de acceso al centro penitenciario, más de dos kilómetros con medio metro de nieve. El domingo, a primera hora, recibían la noticia que la UME había desbloqueado la prisión de Meco, luego que el ayuntamiento de Navalcarnero había liberado el acceso a la prisión de Madrid IV.
Desde la torre se vio la primera máquina quitanieves a dos kilómetros, despejando la carretera de Pinto a San Martin de la Vega y la autovía de acceso al Parque Temático Warner. Sin embargo, las esperanzas se desvanecieron cuando los operarios de la máquina quitanieves informaron a los delegados sindicales del centro penitenciario que no tenían orden de despejar la carretera de acceso al centro y poco les importó que allí hubiera 1000 personas aisladas.
La tarde cayó como un mazazo, llegaron fotos de que la prisión de Estremera hacía el relevo, un tractor con pala se encargó de despejar la carretera; la prisión de Valdemoro era una ratonera y para confirmarlo el Director, que no se acercó por todos los módulos hasta el domingo por la tarde informó, “que todas sus gestiones habían resultado infructuosas, que no sabía cuándo llegaría la quitanieves, que los servicios de emergencia no nos consideraban servicio público esencial y que lo único que quedaba era resignación y esperar”.
Cuando todo estaba perdido y la moral por los suelos llegó el mensaje sindical de que gracias a la intervención de D. Daniel Portero, diputado del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, una máquina quitanieves de la Comunidad de Madrid se dirigía hacia el centro penitenciario. Finalmente, a las 3 de la madrugada la carretera de acceso quedó despejada.
Sin embargo, las esperanzas se vieron de nuevo truncadas a las 9 de la mañana, cuando la Dirección comunicó que el autobús que cubre la ruta al centro penitenciario había quedado bloqueado en las cocheras y no podía llevar el relevo hasta la prisión.
A partir de ese momento la plantilla de Valdemoro sacó lo mejor de sí misma, demostrando a la Dirección del centro y a la Secretaría General que aquí hay una plantilla de trabajadores extraordinarios que no se merecen. Coordinados y organizados por grupos de WhatsApp, utilizando algunos coches particulares y el transporte público, comenzó una carrera contra reloj para relevar a los 100 compañeros que llevaban casi 80 horas de trabajo ininterrumpidas. Los que pudieron sacar sus coches de los garajes se organizaron en grupos, la mayoría utilizaron el transporte público hasta la estación de Cercanías de Pinto donde los Forestales de Pinto, gracias a un compañero, y los coches particulares consiguieron trasladar a casi 100 personas en apenas cuatro horas. A las 14,30 habían sido relevados la práctica totalidad de los aislados, sin que el director del centro interviniera en la organización.
La Dirección del centro estuvo desaparecida a pesar de vivir al lado de la prisión, no apareció por todos los módulos hasta el domingo a última hora para sembrar miedo y desesperanza entre los trabajadores.
Por todo ello las organizaciones sindicales consideramos que esta plantilla excepcional ha perdido la confianza en su máximo dirigente. Que esta pérdida de confianza parece recíproca como demuestra la habitual falta de comunicación con los trabajadores o sus representantes, los cuales seguimos esperando una nota de agradecimiento o una mera explicación de su inacción.
Es evidente que la Dirección del centro penitenciario de Madrid III Valdemoro se ha mostrado incapaz de gestionar la crisis sufrida por nuestro centro con motivo de la nevada, así como otras sufridas en el pasado. Se ha mostrado incapaz de conseguir que despejen la carretera, de facilitar la llegada de los trabajadores al centro una vez despejada y de facilitar un mínimo de dignidad en las condiciones laborales de los que estaban atrapados, siendo la propia plantilla la que ha realizado todas esas gestiones con gran esfuerzo y mucha más voluntad de lo exigible por parte de todos los trabajadores.
“En los momentos difíciles que hemos vivido estos días, las muestras de compañerismo, solidaridad, profesionalidad y compromiso de servicio público que ha demostrado esta plantilla, han alcanzado tal magnitud, que se hacen merecedores de una dirección que defienda y respete todos estos principios”.