· Es absolutamente necesario que el IPREM recupere el poder adquisitivo perdido, así como evitar que se incremente esta pérdida en el futuro.
· La subida del 5% del IPREM incluida por el gobierno en los PGE para 2021, situándolo en 564,73 euros, restablece sólo en parte el daño causado por su congelación y atiende parcialmente la reivindicación de UGT, pero no es suficiente.
· Mantener la depreciación de este indicador repercute negativamente en la cuantía de las ayudas y prestaciones, devaluando las rentas reales de las personas en situación más vulnerable.
· Por ello, y especialmente en este contexto, reclama establecer un sistema permanente de revalorización automática que mantenga el valor real del indicador a lo largo del tiempo.
La Unión General de Trabajadores -UGT– valora el aumento del IPREM en un 5% planteado en los PGE para 2021 puesto que el incremento rompe el estancamiento experimentado desde hace años, ya que la última subida tuvo lugar en 2017, cuando apenas aumentó un 1%, pero considera que sigue siendo un incremento insuficiente.
El sindicato considera que es prioritario actualizar y revalorizar el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), prácticamente congelado desde hace una década, y reclama un sistema de revalorización automática que mantenga el valor real del indicador a lo largo del tiempo.
El sindicato recuerda que el IPREM fue creado en 2004 y determina las cuantías mínima y máxima de todas las prestaciones contributivas por desempleo, así como la cuantía de todas las prestaciones asistenciales por desempleo, la renta activa de inserción, la renta agraria o el Ingreso Mínimo Vital. Además, es referencia para el acceso y cuantías de prestaciones sociales, acceso a vivienda de protección oficial y ayudas de alquiler, becas de estudio y formación, y subvenciones a familias (por ejemplo, establece límites de ingresos anuales que no se deben superar para la concesión de becas o ayudas para las guarderías o colegios).
En los primeros años tras su creación, el IPREM se fue actualizando, pero su congelación entre 2010 y 2016, con una modesta actualización en 2017, supone acumular una pérdida en términos reales de 9,4 puntos porcentuales.
La continua devaluación de este indicador tiene consecuencias nefastas porque, en primer lugar, limita y restringe el acceso de un cada vez mayor número de beneficiarios a las ayudas y prestaciones vinculadas a este índice y, en segundo lugar, porque repercute negativamente en la cuantía de las ayudas y prestaciones, devaluando las rentas reales de las personas en situación más vulnerable.
En este sentido, UGT pide al Gobierno una actualización del IPREM que corrija la pérdida acumulada y el establecimiento de un mecanismo de actualización automática vinculado al crecimiento real de los precios, con un mecanismo de corrección anual de la posible desviación entre el IPC real y el incremento inicial del IPREM.
