Autores desconocidos han pinchado la rueda de un vehículo patrulla de la Policía Nacional mientras los funcionarios realizan un servicio de custodia hospitalaria en el Hospital Universitario de la Macarena de Sevilla.
La mañana de este lunes, los agentes se trasladaron al centro hospitalario para realizar uno más de los servicios de custodias hospitalarias asignados a los indicativos de seguridad ciudadana, tanto Zetas (radiopatrulas) como GOR (Grupos Operativos de Respuesta). Se trata de traslados, en su mayoría, de individuos ya detenidos a los que una vez leídos los derechos en dependencias policiales según el art. 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, expresan su deseo de ser asistidos por facultativo médico. En otras ocasiones, son traslados a efectos asistenciales, de víctimas o a propia iniciativa de los agentes o el instructor del atestado policial.
Esta mañana, los agentes del vehículo afectado no tuvieron otra alternativa que ocupar una plaza destinada a taxis al estas las dos únicas plazas asignadas para las fuerzas y cuerpos de seguridad ya ocupadas y ser la alternativa más segura para el servicio.
Su sorpresa fue mayúscula cuando al regresar al vehículo rotulado observaron cómo una rueda estaba pinchada arrojando evidencias de signos de intencionalidad.
¿Hospitales que parecen comisarías?
En ocasiones los centros hospitalarios acumulan a sus puertas varios indicativos policiales realizando este tipo de custodias. La falta de módulos hospitalarios especiales para este tipo de pacientes, obliga a la Policía Nacional a multiplicar sus esfuerzos para ejecutar un dispositivo de seguridad adecuado.
Las organizaciones sindicales han denunciado la inexistencia de una planificación eficiente en aras de reducir el número de efectivos para tales menesteres, aglutinando a todos los presos que precisen atención médica en un único centro que cuente con las garantías, inmediatez, eficacia y eficiencia que requieren estos servicios.
Solución
Desde h50 apelamos por la instalación preceptiva de módulos de seguridad en todos aquellos hospitales susceptibles de recibir pacientes procedentes de centros penitenciarios o calabozos de comisarías.
Asimismo, esta medida por sí sola no solucionaría el problema. Se deben suscribir acuerdos y protocolos de actuación con Instituciones Penitenciarias para evitar los traslados innecesarios y banales. La coordinación entre administraciones es crucial para reducir ingresos masivos que pongan en jaque la programación policial. Al fin al cabo, el principal perjudicado siempre será el ciudadano.
Se trata de un viejo problema que nadie todavía ha querido afrontar. Parece que la seguridad ciudadana se sitúa en un segundo plano respecto a otras funciones encomendadas a las FFCCSE. Pero no se confundan, la seguridad de los ciudadanos y de los policías intervinientes en primera línea no es un asunto menor.
