El niño está muerto ¿verdad? Y me dijeron que sí

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Un directivo de largometrajes de Radio Televisión Española, Jaime Bilbao Iglesias y un niño de dos años, Luís Delgado Villalonga, fallecían como consecuencia de la explosión de ETA

Una furgoneta-bomba colocada por la banda terrorista hirió a cuarenta y seis guardias civiles de distinta gravedad y a cuarenta y dos ciudadanos

Entre los heridos se encontraban los padres del niño Luís Delgado, El doctor Luís Delgado Cabezas y la enfermera Mercedes Villalonga Villalonga, la cual se encontraba embarazada de cuatro meses.

Cinco minutos antes de las doce de la noche del martes 22 de noviembre de 1988, ETA hacía explotar una furgoneta-bomba junto a la Dirección General de la Guardia Civil.

El objetivo era asesinar al mayor número de guardias civiles posibles

Las dos víctimas mortales, El directivo de RTE Jaime Bilbao y el niño de dos años Luís Delgado, pasaban en coches distintos junto a la Dirección General de la Guardia Civil, cuando la furgoneta-bomba hizo explosión.

Jaime Bilbao Iglesias, de 38 años, era natural de Madrid y estaba soltero. Vivía con sus padres y una hermana en la calle de Romero Robledo, en el madrileño barrio de Argüelles.

Uno de los amigos de Jaime identificó su cadáver. José Luís Lillo trabajaba como técnico en una de las unidades móviles de la Cadena COPE y jugaba con Jaime en el mismo equipo de futbol.

“Fui rápidamente al lugar del atentado y pregunté a un policía la matrícula del coche y me dijo que era HJ. En ese momento me di cuenta de lo que había pasado. Me marché al Anatómico Forense y allí identifiqué el cadáver. Me costó trabajo porque tenía la cara desfigurada y tuve que hacerlo por la ropa que llevaba para ver si coincidía. Llamé a mis padres para que hablaran con los padres de Jaime y contrastaran la ropa que llevaba para ver si coincidía, y ya pude confirmar la noticia” (ABC, 24/11/88).

Luís Delgado: “En ese punto, mi vida ya no volvería a ser lo que fue”

“La noche del 22 de noviembre de 1988, quien esto escribe volvía a casa en compañía de su mujer y su hijo, Luis, de dos años y medio de edad. Al pasar nuestro coche junto a la Dirección General de la Guardia Civil, una furgoneta bomba activada por unos ciudadanos franceses, miembros de la banda terrorista ETA, hacía explosión. La deflagración nos cogió de lleno. En ese punto, mi vida ya no volvería a ser lo que fue. Mi hijo resultó muertoMi mujer, embarazada de cuatro meses, entró en estado de coma.” (Tribuna de Luis Delgado Cabezas en El País, 15/01/1996).

El matrimonio compuesto por Luís Delgado y Mercedes Villalonga, viajaban en su vehículo, junto a su pequeño de dos años y medio, cuando fueron alcanzados por la explosión.

El niño sufrió estallido craneal y pérdida de masa encefálica y falleció pocas horas después. Sus padres, gravemente heridos, no pudieron asistir al entierro en el cementerio de Torrelodones.

Luís y Mercedes fueron trasladados a dos hospitales distintos en estado muy grave. Mercedes ingresó en estado crítico en el Hospital de la Cruz Roja, con pérdida de masa encefálica. Estaba embarazada de cuatro meses, y tras pasar varios días en coma, consiguió sobrevivir.

De lo que ocurrió el día del atentado no recuerda nada:

“Sí recuerdo, después, que me encontré metida en un hospital y que iba mucha gente a verme. Y no sabía más. Me dijeron que había tenido un accidente de tráfico, y lo creí. Tiempo después, me comentaron que la Reina había llamado para preguntar por mí. Ahí sospeché, porque la Reina no llama todos los días para preguntar por una persona si no se trata de algo muy importante, pero me callé. Se me había olvidado que tenía hijos y que tenía marido. Cuando recordé y pregunté por mi marido (que estaba en otro hospital, pero de eso me enteré después), me dijeron que estaba malo. Yo quise hablar con él, pero me dijeron que no podía. ¿Que no puedo hablar con él? Pues no como. Si no puedo hablar con él es que está muerto. Me aseguraron que no estaba muerto, pero yo insistí en que hasta que no pudiera hablar con él no iba a comer nada. Entonces me llamó por teléfono y me dijo que estaba un poco resfriado y que no podía venir a verme. Al cabo de unos días yo seguía viendo que pasaban cosas raras. Yo tenía un niño, y de ese niño no se hablaba para nada. ¿El niño está muerto, verdad? Y me dijeron que sí. No sé más. No recuerdo nada más” (ABC, 01/10/1996).

El 31 de octubre de 2000, hubo una manifestación en Madrid en la que Luis Delgado leyó el comunicado final, en el que se decía:

Quien no está frente a ETA con determinación y sin ningún tipo de matices, no es de los nuestros. No podemos considerar ciudadanos demócratas a quienes tratan de justificar las acciones terroristas, porque tanto dolor y sufrimiento no pueden ser, ni remotamente, una vía legítima para conseguir ningún propósito político (…) Quienes no se avergüencen de sentarse en la misma mesa que los que amparan a estos miserables, quienes suscribieron pactos con ellos, quienes no son capaces de rechazar cualquier tipo de ventaja derivada de la existencia de una banda terrorista están defraudando definitivamente las aspiraciones de un pueblo que merece vivir en libertad y democracia.

Grupo Argala de ETA

La explosión abrió un agujero de varios metros de diámetro en la pared del dormitorio de la Dirección General. En ese momento se encontraban descansando cincuenta guardias auxiliares y ciento treinta suboficiales.

La banda terrorista ETA se atribuyó el atentado cinco días después en el que, hipócritamente decía lamentar “profundamente” la muerte y heridas de civiles, de las que hacía responsable a “los mandos políticos, militares y policiales”.

La investigación determinó que los autores materiales fueron los hermanos Henri y Jean Parot, Jacques Esnal y Frédéric Haramboure, miembros del grupo Argala de ETA.

#NiOlvidoNiPerdón

3 comentarios en “El niño está muerto ¿verdad? Y me dijeron que sí

  1. Qué necesario es para los jóvenes de hoy enseñarles lo que ETA fue.Muchos de ellos no saben nada porque nada se les ha dicho.Y una sociedad que no conoce su Historia está condenada a repetir sus atrocidades.
    Descansen en paz aquellos héroes que sin querer lo fueron.
    ¡Jamás el olvido de ellos!

  2. La Historia está ahí. Llena de dolor y sufrimiento.
    Dieron lo Maximo sus vidas. Pero no pudieron defenderse.
    Su estructura moral y personal eran los valores que tenían y tienen sus familias.
    No hay palabras
    Se quiere correr un velo como si hubiese una laguna en nuestra historia. Pero eso no es así….
    Cuántos inoce tes asesinados. Policías. G. Civiles. Militares. Políticos de otra altura. Niños. Mayores de todo.
    No se puede ol idar algo que es nuestro. Y más cuando I imos los años más duros del plomo

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