Los presupuestos generales del Estado no son más que una burda excusa para blanquear a ETA y a los golpistas catalanes. Pero, van mucho más allá, son el inicio de la hoja de ruta para el cambio de régimen. Pablo Iglesias es el que impone las reglas del juego para destruir el régimen constitucional del 78 con la Monarquía en el punto de mira. Así, los proetarras de Bildu con su apoyo presupuestario han logrado una victoria política sin precedentes, hasta proclamada con chulería por el parlamentario “vasco” Arkaitz Rodríguez Torres “Nosotros vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen”. Quieren romper España. Por eso, el acercamiento de presos, previo a su puesta en libertad con la asunción en la próxima primavera de la transferencia de competencias al Gobierno Vasco en materia penitenciaria, no es un acto humanitario, es la hoja de ruta del PSOE con Unidas Podemos, gobernando con el apoyo de proetarras e independentistas, cuyos golpistas también serán blanqueados, con una reforma exprés del Código Penal más pronto que tarde, sino indultados. Ya lo verán. Es la política inconstitucional que se ha impuesto. También Vestringe, profesor y amigo de Iglesias, ya dice que “La monarquía está acabada”.
Los presupuestos son una más de las coartadas justificativas, mientras se produce la involución democrática, aunque más que servirles como exculpatorias son demostrativas de su participación en la misma. En el desmantelamiento de la Constitución, que supone cruzar la línea roja de la convivencia y progreso de los españoles durante más de cuatro décadas.
De nada importa que los asesinos etarras no hayan renunciado a ninguno de sus objetivos. Tampoco una sola muestra de arrepentimiento. No han pedido perdón a las víctimas, ni a la sociedad. No han condenado su violencia. Siguen haciendo homenajes públicos a los asesinos. Así, han conseguido con su apoyo presupuestario lo que no habían conseguido con casi mil asesinatos, al menos 857 contabilizados, con 378 sin esclarecer, sin juzgar. Fueron ciudadanos de a píe, policías, guardias civiles, militares, políticos, hasta niños, los masacrados vilmente. Es el holocausto que dejó ETA. Y, ahora, se le indulta políticamente, blanqueando a los que sembraron de sangre y muerte las calles de España. Han enterrado la memoria de sus víctimas y le han robado sus restos. Jamás han conseguido tanto sin desperdiciar ni una bala, como ayer se ha atrevido a decir Otegi. Una indignidad política.
Y, a pesar de todo, Abalos, Ministro de Transportes y Secretario de Organización del PSOE, ha dicho: “Bildu ha sido más responsable que el PP”. Es un insulto o exabrupto, son declaraciones ignominiosas, no contra un partido sino contra la sociedad, contra la ciudadanía, contra las víctimas. Pero, el PSOE ya no existe, Sánchez lo desmanteló y lo engulló. Existe el caudillismo de Sánchez, que hace y deshace en el partico lo que le viene en gana. Un trágala. Por eso, los barones Page, Lambán y Vara son meras comparsas, despreciados por Ferraz, que los califica de “egoístas, desleales”, aunque también dice que “No son nadie”. Los tratan como a pobrecitos y han reculado. Los han puesto firmes y no irán al baile. Tampoco han sido ni consideradas las declaraciones de Alfonso Guerra, hombre de estado donde los haya, bien lo sé, que calificó de “despreciable” el acuerdo con Bildu para la aprobación de los presupuestos “Una alianza con Bildu, los nacionalistas y Podemos no es una tarea democrática”. Además, dijo que para llegar a un acuerdo como este, el Ejecutivo tendrá que “pagar mucho peaje”. Aún más, señaló que “Hay muchos españoles y, desde luego, muchos socialistas, que tienen un nudo en la garganta”. Por supuesto.
Pero, no olvidemos lo que Sánchez decía hace sólo cuatro años: “Aquellos que hoy ensalzan a Otegi y le llaman hombre de paz, convendría que recordaran las palabras y la memoria de Ernest Lluch”. También decía que “con Bildu no vamos a pactar”. Pues, cuatro años después, el asesino de Lluch ha sido bonificado con uno de los 103 acercamientos de presos de Marlaska, que en su momento estuvo amenazado por ETA y fue un juez infatigable perseguidor de los etarras e ídolo de las víctimas, como algún otro que ahora hace el benefactor penitenciario.
En fin, debo acabar haciendo alusión al artículo de Rosa Díez ¡¡¡Malditos sean!!! que en el último de sus párrafos, acertadamente, dice: “Pero debemos sobreponernos porque les debemos la verdad a todos esos hombres y mujeres, uniformados o no, que expusieron y perdieron la vida para proteger nuestro derecho a vivir en libertad y a tomar sin miedo la palabra. Benditos seáis todos nuestros escudos, benditos seáis todos sus familiares, todos sus huérfanos. Benditos seáis por haber protegido la democracia de sus enemigos. Y, malditos sean quienes se han vendido al enemigo y os han matado dos veces. Malditos sean para siempre”.
Y, mientras todo sucede, la mayoría de los ciudadanos seguimos enjaulados y silenciados por un miedo insuperable, cuya necesaria vacuna aún no se ha descubierto.
Autor: Manuel Novás Caamaño | Abogado