Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
Caía la noche. El hombre entró en el bar con determinación. Me fijé en su manera de andar. Caminaba despacio con pasos largos, como si quisiera acodarse cuanto antes en la barra del “Robers”, en la ronda de El Tarajal, a tiro de las primeras casas de El Príncipe. Pidió una cerveza y sacó el móvil. Después miró la pantalla y le dio a la tecla: “Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte…”, sonó la melodía en el local.
-¿Molesto con la música? -preguntó el tipo a los parroquianos.
-¿Eres del Tercio? -le curioseó en seco el camarero.
-Del Duque de Alba de la Legión. ¿Pasa algo? -alegó el milico.
-¡Sí, que sois todos unos chulos africanistas, igual que los regulares, eso es lo que pasa!
-¿Y tú de qué nido te has caído, tío? -objetó malcarado el legía mientras daba un sorbo a la mahou.
-De Tordesillas, colega.
-Vale; tómate un vermú que te lo paga un africanista de Ponferrada.
Visto y oído en la otra esquina de la barra. No hay día sin su afán ni noche sin gatuperio.
(*) Ricardo Magaz es profesor de Fenomenología Criminal en la UNED, ensayista y miembro de la Policía Nacional (sgda/ac)