La bolsa de Nueva Zelanda interrumpe durante días su actividad por un ciberataque a finales de agosto, la fintech española 2gether sufrió un jaqueo a finales de julio que supuso la sustracción del 15% de los fondos en criptomonedas de sus usuarios, Twitter experimenta un jaqueo masivo también el mes de julio… como podemos comprobar nadie está a salvo de la ciberdelincuencia, y menos en estos días de pandemia y distancia social en los cuales gran parte de nuestra actividad de todo tipo -profesional, de ocio etc.- se ha volcado en la red, y por supuesto las criptomonedas no iban a estar a salvo de la indeseable atención de los delincuentes.
Criptomonedas; robos y consecuencias
La razón más evidente por la cual las criptomonedas son un activo tan codiciado por los ciberdelincuentes es el elevado valor de algunas de ellas, al fin y al cabo bitcoin cotiza en estos momentos rondando los 9200 euros y las características intrínsecas propias de las criptomonedas las hacen fácilmente convertibles en dinero fiat, de forma anónima y en casi cualquier lugar del mundo, ya que muchas de ellas son aceptadas de una a la otra punta del globo.
En el año 2014 la Exchange japonesa Mt Gox informó del robo de nada más y nada menos que 744 408 bitcoins, y aunque es cierto que su precio era mucho menor -al valor de mercado actual la suma alcanzaría casi los nueve mil millones de dólares- el ataque fue suficiente como para provocar el fin de la Exchange. Una auditoría posterior demostró que el robo se había venido perpetrando durante mucho tiempo y que no era el fruto de un solo golpe. En agosto de 2016 la Exchange hongkonesa Bitfinex sufrió el robo de 119 756 bitcoins aunque, al contrario que en el caso de la Exchange japonesa, Bitfinex consiguió sobreponerse al jaqueo y los usuarios recuperaron sus criptomonedas. Si el robo se hubiera producido a día de hoy el montante total para los ciberdelincuentes sería de más de mil cuatrocientos millones de dólares.
Y siguiendo en esta línea podemos realizar una lista no precisamente corta. Una de las consecuencias más destacables para este mercado, aparte del lógico quebranto que se causa a los afectados, es que al liberar grandes cantidades de criptomonedas robadas en el mercado con el fin de convertirlas en dinero fíat los precios fluctúan mucho y se pueden dar correcciones a la baja, que es lo que se cree que ocurrió en marzo, cuando el mercado cayó de forma abrupta coincidiendo con la explosión del coronavirus en todo el mundo, lo que significa que si poseemos criptomonedas aunque no nos roben a nosotros mismos terminará por afectarnos.
Criptomonedas, ¿cómo podemos operar con ellas?: compraventa o trading online
No todos los tipos de criptomonedas son igual de sensibles a un ciberataque, al fin y al cabo deben despertar el interés de los delincuentes a la vez que despertar el interés de los inversores, y por lo tanto las más negociadas son a la vez las más expuestas. Es mayor el interés que despiertan bitcoin y ethereum que el que despierta la última que ha aparecido.
Si se desea comprar criptomonedas se puede acudir a una Exchange de confianza, y tener en cuenta que muchos expertos recomiendan custodiar nosotros mismos nuestras claves bajo la premisa de que “no son tus criptomonedas si no son tus llaves” aunque claro, eso requiere un mayor nivel de implicación que está más allá del inversor casual. Pero ineludiblemente cualquier inversor que compre criptomonedas debe tomar medidas para su custodia, o bien confiar en un tercero o bien custodiarlas ellos mismos mediante el almacenamiento en frío, asumiendo la guarda de las claves y asumiendo los riesgos de pérdida o robo uno mismo… o bien decantarse por el trading de distintos tipos de criptomonedas con CFDs en una plataforma de trading online, eliminando el riesgo de robo de las criptomonedas –ya que con los CFDs no se compran ni se venden los activos como tal, lo que se hace es especular con los precios al alza o a la baja- y asumiendo otros distintos, como el elevado riesgo de pérdida de capital igual o superior al capital depositado por el trader que el apalancamiento implica, al incrementar en gran medida el capital disponible para invertir de este a través de fondos adicionales prestados por las plataformas de trading online, y cuyos resultados del total de la operación en pérdidas o ganancias se restarán del depósito del trader o se sumarán a este- unido a que las criptomonedas son mucho más volátiles que otros activos tradicionales con lo que los precios pueden cambiar rápida y bruscamente, y que además nos encontramos en una situación de gran volatilidad debido a la pandemia que estamos viviendo, con lo que las cosas se tornan más inciertas y arriesgadas-.
Si opera desde la Unión Europea puede asegurarse de operar siempre con brókeres que operen bajo la regulación ESMA, que saltó a la palestra en 2018, para evitar incurrir en deudas si se es trader minorista, en caso de operar desde fuera de la UE será el trader quién tendrá que investigar la posibilidad o no de acogerse a esta medida en caso de que su bróker esté adherido a ella o si se diera el caso de que aplica esta protección por su cuenta.