La Guardia Civil en el marco de la operación “Amonio” ha investigado a 4 personas por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, relacionados con la aparición el pasado mes de mayo, en la regata Arkaiz del río Oria, un gran número de peces y otros animales muertos en las orillas.
Fuga de amoniaco
Durante el proceso de limpieza de una manguera tras la descarga de un camión en la incineradora del Complejo Medioambiental de Guipúzkoa, se produjo una fuga por el mal funcionamiento de componentes de la instalación, que provocó que se vertiera el contenido de la cisterna al río. Entre los distintos fallos todo apunta a que los técnicos que dirigían la operación no dieron importancia al derrame, incumpliendo los procedimientos del propio complejo.
Cuando los agentes de la UCOMA (Unidad Central Operativa de Medio Ambiente del SEPRONA) investigaron los hechos, pudieron comprobar que la incineradora se encontraba funcionando bajo Uniones Temporales de Empresas (UTE´s) con distintas responsabilidades, para lo que fue necesaria la colaboración de EUROPOL.
Una de las medidas de seguridad para conocer el pH de las aguas que la propia incineradora evacúa, no estaba activada por lo que no se detectó la presencia de amoniaco, cuya concentración, se estima en un 25%. La Unidad Técnica de la Oficina Central Nacional del SEPRONA está confeccionando y coordinando los informes de los daños medioambientales.
El vertido duró 4 días y fruto de las investigaciones, los agentes han descubierto que este podría no haber sido el primer vertido con amoniaco al río, pudiendo haberse producido, al menos uno más.
Daño medio ambiental
El amoniaco es un elemento indispensable para reducir la contaminación de las emisiones que origina una incineradora, pero a su vez es altamente tóxico, por eso cuando se detecta un posible derrame o vertido, son gestores autorizados los que deben encargarse de la limpieza de los espacios afectados. La cantidad detectada, 220 veces superiores al límite establecido, provocó la muerte de todos los peces que se encontraban en la regata.
La calidad físico-química de las aguas durante un periodo de tiempo se vio afectada y se modificó gravemente, aproximadamente se vertieron 2.200.000 litros de agua con amoniaco, haciéndola incompatible con la vida de la fauna del entorno, perjudicando al equilibrio de los sistemas naturales. Entre los peces hallados muertos se encontraron anguilas, (anguilla anguilla), especie con protección especial, así como gobio, piscardos, lochas, y todos los macro invertebrados.
La colaboración con diversos organismos ha sido fundamental para el esclarecimiento de los hechos, entre ellos el Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa, GHK Consorcio de Residuos, la Agencia Vasca del Agua y diversas empresas que participan en la construcción y puesta en marcha del complejo.
La investigación las inició la Sección Delegada de Medio Ambiente de la Fiscalía de San Sebastián y las diligencias las han entregado en el Juzgado de Instrucción nº5 de San Sebastián y desarrollada por la Unidad Central Operativa de MedioAmbiente de la Guardia Civil.