Billy “El Niño”, el policía que murió con las medallas puestas

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Columna de Ricardo Magaz. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.

Muchos policías, con 40 años en el cuerpo, conocimos a Antonio González Pacheco, Billy El Niño, cuando ejercía de inspector. Pacheco tenía sus dominios en la Brigada Político-Social ubicada en el edificio de la entonces Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, ahora sede de la Comunidad de Madrid. Al inspector Pacheco le gustaba coleguear con los “dinosaurios” del régimen que aún quedaban en la Comisaría del Distrito Centro, muy cerca de la DGS, donde, ya con la Constitución recién estrenada, comenzábamos la andadura profesional unos jóvenes policías con ganas de “civilizar” el cuerpo, logro que llegó con la promulgación de la L.O. 2/1986 de FFCCS, unificando la “secreta” y la vieja Policía Nacional marrón. Por fin la policía se convertía en un cuerpo de naturaleza civil.

“EL DÍA DEL PATRÓN, PACHECO LUCÍA SUS MEJORES GALAS Y SE COLGABA LAS CONDECORACIONES, ALGUNAS PENSIONADAS”

Acusaciones de torturas

Billy El Niño murió en Madrid el pasado siete de mayo víctima del coronavirus, a los 73 años. En su historial pesan como una losa las acusaciones de torturas a detenidos. González Pacheco, que llegó a ser el número dos del comisario del régimen Roberto Conesa, jefe absoluto de la Político-Social, fue uno de los policías más temidos en los sótanos de la Puerta del Sol. La prescripción de los delitos les evitó sentarse en el banquillo. El día del Patrón, Pacheco lucía sus mejores galas y se colgaba las condecoraciones, algunas pensionadas, que finalmente el Ministerio del Interior no ha podido retirarle por diversos motivos de farragosidad jurídica y plazos. El trámite quedó pendiente y Pacheco murió con las medallas puestas.

En búsqueda y captura por Interpol

Una de esas cruces rojas, con incremento salarial, se la otorgó en 1977 Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación de la época, Décadas después, en 2014, la sección argentina de Interpol lanzó la orden de búsqueda y captura internacional de Billy El Niño, de Rodolfo Martín Villa y otros altos cargos del franquismo por crímenes imprescriptibles de lesa humanidad durante la dictadura, en virtud del mandato de la juez María Servini, titular del juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 1 de Buenos Aires. A día de hoy el tema está pendiente de resolución. Por un lado, la Ley de Amnistía de 1977 hizo tabla rasa en nuestro país; por otro, se trata de delitos contra los derechos humanos, considerados perpetuos.

 Antonio González Pacheco, Billy El Niño, ha muerto. Con ello, según la ley, se extingue la responsabilidad penal. Es la norma, sí, pero hay un mandato por encima de la ley: el pasado nunca muere.

(*) Ricardo Magaz es profesor de Fenomenología Criminal en la UNED, ensayista y miembro de la Policía Nacional (s/a)

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