Es la pregunta que está ahora mismo en la calle, coincidiendo en el momento donde la mayor parte de España acaba entrar en la Fase 1 de la desescalada programada por el Gobierno y sus 12 expertos de procedencia desconocida. Pero, ¿quién entiende las nuevas medidas de confinamiento?… que levante la mano.
Parece una utopía alcanzar medidas eficaces contra el coronavirus cuando la naturaleza de las mismas parte de preceptos crípticos y delimitaciones ambiguas como estas. Cuando una norma se superpone a la otra, sin contemplar la idoneidad del mantenimiento en vigor de la primera. Solo por este camino se llega al semejante número de absurdos y correcciones que hemos vivido hasta la fecha.
Llegados a este punto, el ciudadano está confundido. Ya no sabe ni lo que está bien o lo que está mal, y utilizar las virtudes de la lógica poco les ayudará, hay un alto porcentaje de error. Las dudas sobre el debido cumplimento del confinamiento les invade y preguntan a policías, abogados, asesores o a los que buenamente pueden. Lo peor es que muchas veces no se encontrarán respuestas convincentes sustentadas en la lógica y la razón.
Y si no, cómo explicar al ciudadano que no puede hacer deporte a partir de las 23 horas pero sí puede ir a comprar una chocolatina al 24 horas; o que no puede pasear junto a su familia -recuérdese solo lo pueden hacer un adulto con tres menores como máximo- pero sí sentarse en la terraza de un bar compartiendo mesa con nueve amigos más hoy, y otros nueve mañana.
Cómo explicar a un padre que no puede transportar en coche a sus hijos hasta una zona segura del municipio donde poder jugar -al no tenerse en cuenta la orografía o la accesibilidad de las proximidades de su casa- y en cambio, el vecino de al lado, sí puede usar su vehículo para comprar una caja de tabaco en el mismo lugar y sin límite de tiempo.
Más difícil de entender que nuestra hija de catorce años no tendrá autorizado pasear con el resto de hermanos menores en las horas principales del día, y solo lo podrá hacer en el horario reducido destinado a los adultos o, lo que es más inédito, para ir individualmente -como reza la norma- a un recado al supermercado o la farmacia.
No quisiéramos caer en el pensamiento que este tumulto de leyes y normas son fruto de la improvisación, las prisas y el partidismo, pero por otro lado, cuesta pensar que lo sea fruto de argumentos científicos y sanitarios suficientemente sólidos. Si fuera así cómo entender que a las 9 de la mañana puedes pasear junto a tu pareja- entendiéndose que existe convivencia-, y a las 10.05 tendrías que mantener la distancia preceptiva de un metro… ¿o eran dos en este caso?
¡Ojo! Que durante ese paseo junto a tu pareja, aceleras el paso, corres el riesgo que parezca que estás corriendo y por tanto haciendo deporte. En ese caso, deberás guardar la distancia social con tu pareja, aunque tendrás el beneplácito de alejarte más de un kilómetro de tu casa, hasta los límites que marque el municipio.
Hacer senderismo -si no es contratando una empresa especializada- pescar o surfear -si no vives lo suficientemente de cerca del mar como para ir caminando con la tabla- son actividades restringidas. Si vas a la playa, ni se te ocurra tomar el sol o bañarte, aunque sí podrás permanecer en ella o nadar, dentro de la franja horaria correspondiente. ¿La diferencia? ¡Encuéntrala!
Con el paso a la Fase 1 en la mayor parte de España, podremos recorrer toda nuestra provincia o isla con el pretexto de visitar a un familiar o amigo, salvo que vivamos en el País Vasco. Allí, por razones de dudosa argumentación científica o sanitaria sí se podrán traspasar los límites de la provincia -posibilidad denegada a Galicia por cierto – pero sin embargo no podrán visitar a sus padres o hermanos, de mantenerse los planes de Urkullu.
Viajar en coche particular no será menos estrambótico. En el último BOE publicado está permitido ocupar todas las plazas del vehículo si pertenecemos al mismo núcleo familiar, si no, dos personas por línea de asientos. La duda vuelve a sembrarse en nosotros al preguntarnos todos los ocupantes podrán viajar de forma libre o deberán cumplir las limitaciones el artículo 7 del real decreto que dio origen a toda esta sinrazón, con restricciones más propias de un estado de excepción que de un estado de alarma.
