Tras una breve introducción en artículos anteriores sobre el origen y funcionamiento de las pistolas eléctricas, así como la normativa y su incorporación al equipamiento policial, es momento de conocer cuáles deberían ser los protocolos correctos desde un punto de vista técnico-operativo.
Aspectos generales
El objetivo de toda actuación policial debe ir encaminado a no provocar un mal mayor al que se trata evitar, así que el uso de este tipo de dispositivos debe regirse a la Ley Orgánica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que dispone en su artículo 5.d que ”Solamente deberán utilizar las armas en las en que exista un riesgo racionalmente grave para su vida, su integridad física o las de terceras personas, o en aquellas circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad ciudadana…”
Por lo tanto, un aspecto a tener en cuenta en la confección de este tipo de protocolo debería contener, que una vez que se cumplan los requisitos del artículo antes mencionado, se debería proceder a informar manifiestamente al agresor de que se utilizará este tipo de arma si no cede en su actitud.
Muy recomendable y compartido por la inmensa mayoría de expertos policiales en todo el mundo es dotación a las patrullas policiales de un desfibrilador externo automático y algún tipo de grabación incorporado al arma adaptándose a la empuñadura de este tipo de dispositivos.
Como todo aprendizaje que se incorpora a nuestras habilidades debe incluir una formación especializada que incluya un perfecto conocimiento de las medidas de seguridad, manejo, funcionamiento, normativa y contraindicaciones.
Medidas de seguridad
Como con todas las armas, es necesario extremar las medidas de seguridad y el conocimiento de su manipulación y utilización, con la finalidad de evitar accidentes en los propios agentes actuantes o terceras personas inocentes. Por esa razón es necesario establecer en cualquier protocolo unas normas de seguridad de debido cumplimiento, entre ellas:
Cualquier tipo de manipulación de la pistola táser se debe hacer con el fiador activado.
No se debe dirigir la boca de descarga a ninguna persona si no hay una agresión racionalmente grave que provoque legalmente el uso de esta arma.
Una vez desenfundada el arma, no se debe dirigir el láser de la pistola eléctrica hacia los ojos, ni disparar a la cabeza.
Aspectos específicos de utilización
Si se quisiera restringir su uso a unas situaciones determinadas, basado en protocolos de unidades policiales que cuentan con este tipo de armas, y su experiencia en su uso, podríamos sugerir su utilización a los siguientes supuestos:
En caso de tener que inmovilizar o detener a un agresor que muestre una resistencia activa en los casos que hace referencia el Articulo 5.d del L.O. 2/86.
En caso de tener que inmovilizar o detener a un agresor que muestre una actitud violenta hacia los agentes actuantes o terceras personas y cuando se hayan agotado el resto medios coercitivos.
En caso de que exista amenaza con armas blancas, objetos o elementos peligrosos en las que pueda peligrar la integridad física de los agentes o la de terceras personas.
Contraindicaciones de uso
Desde 2001 a 2012 Amnistía Internacional se opuso al uso del táser después de atribuirlo 500 muertes durante arrestos o en intervención en cárceles. Después de diversos estudios forenses, únicamente 60 muertes son atribuidas al táser como la causa o factor contribuyente. Tras estos datos empíricos, se concluye los casos en que está contraindicados el uso de sondas eléctricas en las siguientes situaciones:
Un uso incorrecto del táser en la aplicación de la descarga multiplica el riesgo para la persona receptora de los pulsos eléctricos. Está comprobado que la aplicación de varias descargas consecutivas, o una descarga de más de 5 segundos ha provocado varias muertes.
Una vez recibida la descarga en un sujeto, se produce una caída por la paralización de los músculos en su aparato motor. Esta caída ha provocado en ocasiones traumatismos craneoencefálicos derivando en graves consecuencias para la salud. En la medida de lo posible, se debe tener en cuenta la zona de impacto del sujeto una vez que se produzca la descarga.
Existen grupos de personas vulnerables, como mujeres embarazadas, menores de 12 años y personas de edad avanzada que por sus condiciones hay que evitar someterlos a pulsos eléctricos.
En todo momento debe tenerse en cuenta que no se debe efectuar la descarga a un individuo cerca de sustancias o gases inflamables, así como entornos acuáticos.
Actuaciones una vez efectuada una descarga sobre el agresor
Después de inmovilizar al agresor se debería proceder con una serie de pautas muy aconsejables:
En primer lugar se debe comisionar un recurso medicalizado al lugar tan pronto como se tenga conocimiento de que se pueda producir esta situación, o que se haya producido.
Si se demora la llegada de los sanitarios, se deben utilizar guantes de látex o similares para efectuar la extracción de los dardos que impactaron en el cuerpo del agresor.
Artículo elaborado para h50 por un especialista en armamento y tiro