Carolina Ratia Ceña, psicóloga Colegiada AN-09047, máster en Gerontología y especialista en obesidad y trastornos de alimentación nos hace llegar unas recomendaciones para afrontar el malestar psicológico generado por el Coronavirus -Covid-19.
En estos días estamos viviendo una situación de emergencia sanitaria causada por el brote de Coronavirus -Covid-19, esto ha motivado que el Gobierno declare el estado de alarma con el fin de afrontar esta situación de emergencia. Entre las medidas restrictivas que se han tomado se ha establecido que la población deberá permanecer en aislamiento y confinamiento con el fin de disminuir el número de contagios.
Nuestra sociedad está haciendo frente a una situación nueva en la que la información es cambiante ya que día a día nos enfrentamos a nuevos datos, por tanto la evolución de la situación que nos llega a través de noticias y advertencias, no siempre se hace de la forma adecuada, bien por falta de rigurosidad, forma de comunicación, o sobredimensión de la misma. Esto puede influir en el estado emocional de las personas, dando lugar a conductas de alerta que se muestran poco adaptativas a nivel personal y social.
Es normal que sintamos preocupación, incluso, un cierto grado de Miedo
El miedo es una emoción básica y su función es protegernos ante situaciones desconocidas, amenazadoras y potencialmente peligrosas.
El miedo es una emoción necesaria y adaptativa cuando nos enfrentamos a una situación que no conocemos y que pensamos que puede ser peligrosa, nos mantiene alerta y hace que respondamos con rapidez y eficacia (bien enfrentándonos al peligro, bien alejándonos de él).
Por tanto no te preocupes si sientes un cierto miedo ante la situación que estamos viviendo. Considérelo un aliado que nos hará estar atentos y actuar con eficacia, siguiendo más fielmente las indicaciones de los expertos sanitarios.
El miedo llega a ser desadaptativo solo cuando alcanza unos niveles excesivos o cuando se presenta ante situaciones que no son peligrosas, entonces el miedo pasa a ser algo negativo, nos bloquea y nos impide gestionar las amenazas con eficacia. De esta forma pasa, de ser una ayuda, a ser un impedimento y un problema psicológico.
Es conveniente tener en cuenta que este tipo de situaciones de incertidumbre y el propio confinamiento pueden ir generando episodios emocionales de alta intensidad como pueden ser: nerviosismo, agitación, sentirse excesivamente preocupado, dificultad para centrarse en seguir una rutina diaria, estar permanentemente pensando en la enfermedad y que te cueste concentrarte en alguna actividad o distraerse en alguna otra cosa, notar que el miedo te paraliza, percibir sensaciones corporales como palpitaciones, sudoración, temblores sin causa justificada, necesidad de estar permanentemente conectado viendo y escuchando noticias sobre el tema con lo cual no puedes dejar de pensar en la enfermedad, tener dificultad para poder conciliar el sueño.
Si te identificas con algunos de estos estados emocionales los diferentes colegios oficiales de psicología han elaborado una serie de recomendaciones como:
Identificar aquellos pensamientos que puedan generarte malestar. Pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que incrementen tu malestar emocional.
Reconocer tus emociones y aceptarlas. Si es necesario, comparte tu situación con las personas más cercanas para encontrar la ayuda y el apoyo que necesitas. En estas situaciones podemos sentirnos agobiados, estresados, enfadados, tristes y no aceptar estos estados es una manera de mantenernos en permanente lucha con nosotros mismos.
Evitar la sobreinformación. Estar permanentemente conectado no hará que estemos mejor informados y podría aumentar la sensación de estar en riesgo con lo que aumenta el nerviosismo y la preocupación.
Buscar pruebas y datos fiables. Conocer los hechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales y científicos y evita la información que no provenga de estas fuentes, evitando información e imágenes alarmistas. Este punto es especialmente importante ya que continuamente circulan por las redes sociales todo tipo de imágenes y bulos que no se corresponden con la realidad.
Informar a tus seres queridos de manera realista. En el caso de menores o personas especialmente vulnerables como los mayores, no les mientas y proporcióneles explicaciones veraces y adaptadas a su nivel de comprensión. Especial atención merecen los mayores, ya que no conviene alarmarlos en exceso dado que esto puede producirles un
excesivo miedo y hacer que vivan esta situación con angustia y preocupación.
Del mismo modo han elaborado una serie de pautas y tareas de autocuidado como:
-Mantener una actitud optimista y objetiva.
-Llevar a cabo los hábitos adecuados de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias.
– Evitar hablar permanentemente del tema.
-Apoyarse en la familia y amigos.
-Ayudar a la familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
– Acudir a fuentes oficiales y busque información contrastada por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales, OMS, etc.
– No contribuir a dar difusión a bulos y noticias falsas. No alimentes tu miedo ni el de los demás.
-Procurar hacer vida normal y continuar con tus rutinas en la medida de tus posibilidades. Levantarse a la misma hora, tener un horario para trabajar, hacer descansos, dedicar también un tiempo para el ocio, esto nos ayudará a tener una sensación de normalidad.
-Tener cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.
También es importante añadir algunas más como seguir manteniendo unos hábitos saludables, no descuidar la alimentación, ahora es muy importante seguir consumiendo frutas verduras, legumbres etc, es decir los alimentos por excelencia de la dieta mediterránea, nutrientes de calidad y evitar el consumo de productos ultraprocesados, también es recomendable hacer un poco de ejercicio físico. En internet existen muchas opciones como clases de pilates, yoga, gimnasia, etc.
Aprovechar este momento para leer ese libro que nunca tienes tiempo, para dedicarte a la afición que te guste, hacer manualidades, ver películas, series, llamar a los amigos, a la familia, ordenar los cajones, hacer limpieza en casa, existen un sinfín de posibilidades para mantenerse ocupado y también para poder estar tranquilamente con uno mismo haciendo meditación o relajación profunda existen numerosos tutoriales y vídeos en internet.
Centrarnos en lo positivo nos puede ayudar a hacer este confinamiento más llevadero, ver esta situación como una oportunidad para reflexionar sobre nuestras prioridades y lo verdaderamente importante. Valorar los momentos que podemos tener en familia.
Darnos cuenta de la generosidad del ser humano, y ver cómo en estos momentos están surgiendo muchas iniciativas de personas que de forma altruista están donando materiales, profesionales que están realizando su trabajo de forma gratuita on-line, personas que están ayudando a sus vecinos mayores a llevarles alimentos o medicinas. Esta situación nos está poniendo a prueba de forma individual y colectiva ¿y si nos enfocamos en ver esto como una oportunidad para salir fortalecidos?.
En nuestras manos tenemos ahora una buena ocasión de ser proactivos y hacer todo lo posible por salir reforzados de esta situación.
Ahora es muy importante arrimar el hombro, y ser responsables, muchos profesionales están haciendo un esfuerzo enorme estos días, así que hagamos caso de los profesionales sanitarios que están luchando para salvar vidas, sigamos también las recomendaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que trabajan sin descaso para protegernos, no te pongas en riesgo, no los pongas en más riesgo del que ya tienen por su trabajo, quédate en tu casa, por tu salud y la de todos.
Mucho ánimo y fuerza para todos los que tenéis que salir a trabajar en estos momentos tan difíciles; a los camioneros que estáis abasteciendo los supermercados y tiendas para que no nos falte de nada, a los empleados de los supermercados que trabajan a destajo, a los conductores de los servicios de transporte público, a los farmacéuticos, a los militares que estáis desinfectando las ciudades y colaborando en misiones de contención sanitaria; a los médicos que estáis cuidando a todos los enfermos que llegan a los hospitales y ya estáis casi al límite de vuestras fuerzas, a los policías nacionales, policías locales y guardias civiles que estáis siempre al servicio del ciudadano y ahora más que nunca, mi marido y mi hermano son dos de ellos.
¡UN MILLÓN DE GRACIAS!
Carolina Ratia Ceña para h50 Digital Policial
Psicóloga Colegiada AN-09047
Máster en Gerontología.
Especialista en Obesidad y Trastornos de alimentación.