Con la llegada de la crisis nacieron nuevas modalidades delictivas, como fue la sustracción de combustible de los camiones, como era el caso del “Chicle“, condenado por el asesinato de Diana Quer, cuyo sustento fundamental era el robo del gasoil que tenían en el sus depósitos los camiones que estacionaban en zonas industriales.
Ahora ha llegado el siguiente paso, el robo de las baterías a camiones y vehículos industriales, un lucrativo negocio que siempre encuentra receptadores para un material robado que de manera legal es muy costoso para los transportistas.
Un ejemplo de todo ello es la detención por parte de la Policía Nacional de un varón de 33 años en Torrent, Valencia, como presunto autor del hurto de baterías de seis camiones cuando se encontraban estacionados.
Sus víctimas han tenido que desembolsar entre 400 y 600 euros en las reparaciones de sus vehículos mientras él obtuvo un beneficio de 5.000 euros
Como consecuencia de las investigaciones realizadas, los policías averiguaron que el conductor del coche había vendido numerosas baterías en las localidades próximas a Torrent, por las que habría obtenido un beneficio cercano a los 5.000 euros.