El Batallón II de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Sevilla ha sido despedido en honor de multitudes del pueblo malagueño de Campillos, tras su participación en las labores de emergencia y restablecimiento de la normalidad, tras las graves inundaciones del pasado fin de semana que se cobraron la vida de un bombero del Parque de Antequera, además de cuantiosos daños materiales, familias desalojadas de sus viviendas y carreteras cortadas.
Imágenes para el recuerdo, esas que llegan al corazón y que nunca se borran de la mente. Hablamos del reconocimiento de la gente. De un pueblo unido por una catástrofe, pero también por un sentimiento : la solidaridad. Hablamos de los ojos húmedos de aquellos que han sufrido. La admiración de ese niño que de mayor querrá ser como tú. De la mirada cómplice del viejo del lugar, que todo lo ha visto pero que aún no ha perdido la capacidad de emocionarse.
Todo ello vale mucho más que cualquier medalla que aquel mando de barriga prominente y forjado en un apacible despacho con aire acondicionado, pueda estampar en ese impoluto traje de gala reservado para la ocasión. Y es que comodecía emocionado uno de los merecidos homenajeados: “esto no está pagado”.
Tras 12 años desde su creación, no sin polémica, rendimos mención a esta Unidad de las Fuerzas Armadas creada para la intervención en grandes catástrofes, grave riesgo, calamidad u otras necesidades públicas, que con dedicación, profesionalidad y preparación se han ganado el respeto y la consideración de los españoles.
Policía H50
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