Cinco años han pasado desde que Javier Ortega fue asesinado por un hombre marfileño que le arrojó a las vías del tren.
Los hechos se produjeron el día 02/01/2015, cuando a las 12:30 Javier Ortega y su compañero procedieron a identificar a Ali Raba Yode.
Un hombre de 28 años, con numerosos antecedentes que llegó en patera en 2011, el cual increpó a los agentes, por lo que procedieron a su identificación.
Ali Raba Yode se puso agresivo, negándose a identificarse y tras agarrar a Javier se lanzó a las vías arrastrándole tras de sí, justo en el momento en que el tren de cercanías entraba en la estación de Embajadores.
El marfileño sobrevivió, mientras que Javier Ortega no corrió la misma suerte, murió en el acto arrollado por el tren.
El cuerpo de Javier fue velado en el complejo policial de Canillas toda la noche.
Su cuerpo se enterró en el cementerio de la localidad abulense de Navalarredondilla, junto a su madre.
Las imágenes terroríficas no dejaron lugar a dudas. Javier fue asesinado, no fue un accidente. Fue agarrado y tirado a las vías del tren en el momento en el que el convoy hacía la entrada en la estación de la línea C5 de Renfe.
https://youtu.be/vqJlzqmJoZU
Javier pertenecía a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, en concreto a la Brigada Móvil.
Había intentado arrojar anteriormente a otro policía a las vías del tren.
Javier y su compañero podían haberse dado media vuelta y dejar pasar los insultos de Ali Raba, pero el deber les llamó y acudieron.
El marfileño intentó con anterioridad a estos hechos arrojar a las vías del tren a otros policías, si bien no lo consiguió y fue detenido.
Los hechos se produjeron en las mismas vías de la estación de Embajadores, en octubre de 2014, agarrando de la muñeca a un policía, al que arrastró hasta el borde del andén, al tiempo que le decía “Te voy a tirar a las vías puto madero”.
Actualmente se encuentra en prisión por homicidio, donde ha causado diversas agresiones a funcionarios de prisiones.
En octubre de este año agredió a cuatro funcionarios de prisiones, llegando a arrancar un trozo de carne de un dedo de un mordisco a un funcionario.
Pagamos un precio demasiado alto por meter en prisión a Alí Raba.
Javier, no te olvidamos.