El director de la Guardia Civil, Félix Azón, parece haber recapacitado y ha dado marcha atrás al borrador destinado a regular la futura jornada laboral de los guardias civiles, tras poner en pie de guerra a la mayoría de los integrantes del Instituto Armado, representados por las asociaciones.
El director general ha rectificado ante las “especiales características” de esa norma, que tendría que plasmarse después en un Real Decreto que el Ministerio del Interior desarrollaría en tres órdenes para regular asuntos “muy complejos y de un gran calado que afectan a todo el conjunto de los miembros del cuerpo”.
Azón cree que hay que llevar a cabo un trabajo “mucho más profundo y analítico de su contenido, de tal forma que se compaginen tanto las necesidades operativas del cuerpo como las necesidades personales y familiares de los guardias civiles”.
Así pues, después de apenas nueve días desde la publicación del polémico borrador y las amenazas de convocatoria de concentraciones organizadas por las asociaciones representativas de la Guardia Civil, el proyecto de reforma de la jornada laboral queda momentáneamente archivado.