Ante el llamamiento de los independentistas a la movilización, los más radicales tomaron las calles de las ciudades más importantes de Cataluña, una de ellas Tarragona, donde grupos de los Comités de la Defensa para la República, más conocidos como CDR, siguen las instrucciones al pie de la letra, el enfrentamiento y la confrontación con las fuerzas del orden, la toma de instalaciones públicas e infraestructuras, son para ellos un objetivo clave.
Esas acciones que ellos denominan “no violentas” desencadenan en la quema de edificios públicos adquiridos y mantenidos por el conjunto de los contribuyentes, uno de ellos la Delegación de Hacienda en Tarragona a la que decidieron plantarle fuego.
Una noche complicada, donde no se entendía la falta de bomberos de la Comunidad catalana, y donde los CDR encapuchados campaban a sus anchas destrozando la ciudad de Tarragona.
“Esta impunidad orientada desde algunos sectores independentistas origina que encapuchados tomen la decisión de plantar fuego a una delegación de hacienda que da servicio a miles de personas, y que al día siguiente cientos de ciudadanos que dependen de ese servicio para el cobro de ayudas, subvenciones o pagas, no puedan ser atendidos, esa es la irracionalidad de un rebaño mal guiado por su pastor”.