La Guardia Civil, en el marco de su campaña contra los incendios forestales en época estival, ha detenido a nueve personas por provocar, de manera intencionada o negligente, 11 incendios forestales en las provincias de Lugo, Ávila, Gran Canaria, León, Castellón y Cáceres.
El incendio forestal más grave lo provocaron en la Isla de Gran Canaria, afectó a alrededor de 1.500 hectáreas -230 pertenecientes a la Red Natura 2000-, y tuvieron que evacuar a centenares de personas.
Uno de los detenidos en Lugo, considerado autor intencionado de al menos, 6 incendios forestales, habría provocado el incendio con el objetivo de mantener constituido en la zona un retén de extinción al que él mismo había pertenecido en campañas anteriores.
El factor humano, detrás de la mayoría de los incendios forestales
El estudio y análisis de los datos de incendios de los 15 últimos años ha demostrado que la mayoría de los incendios forestales están vinculados al factor humano, ya sea por obra de un incendiario o derivada de la negligencia en el uso del fuego, siendo muy pequeña o casi nula la incidencia de las causas naturales.
De los siniestros conocidos por Guardia Civil en los primeros seis meses de este año 2019, el factor humano estuvo detrás de más del 98% del total de los siniestros. El número de incendios forestales producidos por negligencias graves mientras se realizaban tareas en el campo, trabajos agrícolas, uso de maquinaria, se ha incrementado de manera considerable.
Guardianes de la naturaleza contra el crimen ambiental
Estas operaciones se enmarcan dentro de las específicas para la reducción de delitos contra la fauna y destrucción de hábitat, así como para el esclarecimiento de la responsabilidad penal en este tipo de delitos, previstas por el Proyecto LIFE de la Unión Europea “Guardianes de la Naturaleza contra el crimen ambiental”, coordinado por la ONG SEO Birdlife, y en el cual el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil participa como socio beneficiario.
Es importante la investigación policial integral en la lucha contra este tipo de siniestros, así como la colaboración de los distintos actores implicados en las labores de investigación, un drama cuya transcedencia medioambiental y en la seguridad de las personas es enorme.
La investigación policial y criminal de los incendios forestales se convierte en un instrumento fundamental para atajar el origen de esta problemática, puesto que permite dar a los órganos jurisdiccionales elementos probatorios para depurar las responsabilidades derivadas de su autoría. Dicha investigación, por otro lado, constituye una de las más eficaces para su prevención, puesto que genera un efecto disuasorio en el incendiario y en la conducta negligente del resto de los ciudadanos.