No es lo habitual pero ciertamente es de agradecer cuando los ciudadanos agradecen y valoran los servicios prestados por los cuerpos policiales.
Pese a que la Policía y la Guardia Civil trabajan desinteresadamente en defensa de la seguridad pública, gestos como el que tuvo estos días una víctima de violencia de género en O Grove con la Guardia Civil, emocionan.
Nuestra protagonista es W.R., una joven marroquí de a penas 22 años. Llegó a España cuando solo tenía 8 años, aunque vive en el pequeño municipio pontevedrés desde hace escasos 10 meses, donde inició una relación con su maltratador.
Allí conocería lo que es vivir con miedo, infundado por las constantes amenazas y agresiones de su ex pareja. Éste, un conocido delincuente dedicado al robo del gasóleo y por organizar secuestros, había sido detenido a finales del 2018 por la Guardia Civil, aunque se encontraba en libertad provisional.
Tras la denuncia de la víctima en el cuartel de Borreiros, el supuesto maltratador fue detenido, poniendo fin a un calvario que ahora la víctima ha querido reflejar en una carta en forma de agradecimiento.
La misiva, donde se relata todo el sufrimiento vivido, ha sido dirigida al Ministerio de Interior. En ella, agradece y alaba la protección y el trato recibido por los agentes de la Guardia Civil, que con su labor evitaron que su agresor cumpliera sus amenazas de muerte.
“No puedo decir que vivo tranquila, pero el hecho de ver que a la media hora de acompañarme lo habían detenido me hace pensar que estoy protegida por los mejores”, asegura.
Ahora, al encontrase con un miembro de la Guardia Civil de O Grove, la joven no duda en dirigirse a ellos para reiterarle su agradecimiento personalmente: “me dicen que no hay de qué y que es su trabajo; pero no es así, porque yo sentí que no solo hacen bien su labor, sino que también se preocuparon por mí”.
Sin duda, un emotivo gesto que invita a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a continuar su labor en defensa de las libertades de los ciudadanos y de la seguridad pública.