La teoría jurídica es una cosa y la práctica policial es otra.
De la misma manera que el mapa no es el territorio, solo lo representa, un documento no identifica a una persona, solo es una representación jurídica de quién es ese ciudadano. La mayoría de agentes de policía piensan que tienen a alguien identificado cuando tienen su documentación en la mano, a menudo se equivocan porque hay documentos falsos.
Detrás de un documento falso puede haber muchas identidades, la de un terrorista que está captando información sobre un objetivo, incluso alguien que trabaje para un servicio de inteligencia. Un fugitivo de la justicia o cualquiera que necesita ocultar su identidad para que no descubran sus intenciones o su pasado. En los casos más leves puede ser un extranjero en situación irregular, en todo caso son los agentes de tráfico, los agentes de fronteras y los de seguridad ciudadana la primera barrera con la que se encuentran y los que tienen más opciones de detectarlo en un control, más opciones que los investigadores, que las unidades de intervención, que los servicios de información y que los expertos en documentoscopia que no están en la calle. La realidad está en la calle y hay que salir a buscarla.
Sin embargo, los agentes menos capacitados en una especialidad a menudo son los que más la necesitan. Saber detectar las medidas de seguridad de un documento es solo una parte de la documentoscopia, quizás la más teórica y analítica, pero no es la única. Saber cómo se hace una entrevista de control es fundamental para confirmar que me encuentro delante de un documento falso. Existen preguntas que se pueden formular para confirmar si estamos ante alguien que pretende ocultar su identidad detrás de un documento falso.
Emilio Rodríguez pertenece a la 1ª unidad de intervención policial de la Policía Nacional y ha impartido formación en documentoscopia operativa a agentes de diferentes cuerpos desde 2013. Ha perdido la cuenta de a cuantos ha formado pero la estimación no baja de 1500 agentes de todos los cuerpos a través de sindicatos o gracias a los jefes de grupo de las comisarías. La Administración pone obstáculos y cierra las puertas a todos los que no pertenezcan a la tribu de los que mandan en cada momento, salvo si “conoces a alguien”.
Estima que en total sus alumnos hacen más de un detenido diario por falsedad documental porque lo comparten en sus grupos privados, donde también consultan dudas, sabe que todas las semanas hay varios detenidos que aparecen con documentos originales, obtenidos mediante documentos falsos que los funcionarios de un Consulado, de un Ayuntamiento o de Tráfico no supieron identificar.
Son más todavía los no detectados que se abren cuentas bancarias y contratan créditos que luego no pagan, estafan a seguros, alquilan viviendas, contratan servicios de telefonía o Internet, etc y quizás son más los que consiguen construirse una identidad virtual que nunca llega a ser detectada.
Gracias a sus cursos, sus alumnos han aumentado su eficacia para detectar estos documentos en diferentes destinos y después de este tiempo atesora muchas historias y recomendaciones para un control policial, más allá de lo que se aprendería en un curso de documentoscopia basado en comprobar las medidas de seguridad de un documento. Hay algunas recomendaciones que hace a sus alumnos:
Hacer preguntas sobre el país de origen. Cuando existan dudas sobre si una persona es nacional del mismo país que su documento, por ejemplo, tiene acento colombiano y documento de Argentina. Ciertas preguntas de control no fallan, por ejemplo “¿qué colores tiene la bandera de su país?” Se trata de preguntas cerradas tan obvias que tienen una respuesta verdadera o falsa, si la respuesta es falsa, lo más probable es que su documento también lo sea.
Una de las historias que cuenta, es la de dos sicarios colombianos que habían venido a Madrid a cometer un asesinato por encargo, se dirigieron a él para preguntarle por el estado Santiago Bernabéu a la puerta del Congreso, los identificó y le presentaron documentación mexicana. Ninguno supo decirle “un plato típico de México” ni “¿cómo se llamaba el Rey de su país?”, tampoco le dijeron que México era una república. Otro de los casos fue el de una banda de georgianos que habían sido detenidos con sus identidades falsas por la Policía Judicial por robo con fuerza, hasta que se encontraron con él en un control de seguridad ciudadana.
Usar aplicaciones de Smartphone. Cuenta la historia de cómo consiguió detener a un fugitivo ruso buscado por delitos de lesa humanidad durante más de diez años, un tipo que había comprado sus documentos por 12.000 euros, la calidad de los documentos era excelente. El sospechoso fue identificado en un control rutinario en Moratalaz (Madrid), pero ese día tuvo mala suerte, Emilio Rodríguez no era como el resto de los policías a los que les había conseguido colar esos documentos. Era un perito documental que se había formado por su cuenta en su tiempo libre pagando sus estudios de su bolsillo como tantos otros. Todo comenzó porque los caracteres OCR del documento de identidad del fugitivo, no se correspondían con los que deberían. Lo detectó con la aplicación Document Reader (I-phone) o Regula Document (Android).
Buscar contradicciones. Otra de las claves que insiste a sus alumnos es en buscar datos que no cuadran. Tales como las fechas de obtención de un permiso de conducir, no son pocos los permisos de conducir falsos en que su titular se ha sacado todos los permisos el mismo día, algo imposible. Solicitar al identificado que muestre documentos adicionales al de identidad, como el carné de la biblioteca, tarjetas de crédito o tarjetas profesionales. Existe el riesgo de que alguien se haya construido una identidad completa durante un tiempo y disponga de todos esos documentos, pero es menos probable. Si alguien lleva solo un documento para identificarse, también aumentan los motivos para sospechar, especialmente si se trata de un permiso de conducir (más fácil de falsificar). Hay que desconfiar de quien solo lleva permiso de conducir.
Consultar Internet. Existen fuentes abiertas como www.edisontd.net que nos permiten acceder a todos los documentos del mundo en tiempo real para hacer una comparación entre las medidas de seguridad que presenta un documento y las que debería presentar.
En Una Policía para el Siglo XXI no nos gusta el postureo y apostamos por un modelo policial con impacto real en la seguridad. Tiene impacto sobre la seguridad poner énfasis en perseguir los delitos mediatos y uno de ellos es la falsedad documental. Hay otros hechos que son mediatos y no son delictivos, como alterar un vehículo para instalar una caleta y ocultar armas, droga, dinero o documentos. Son hechos que no impactan en la seguridad por sí mismos, pero es necesario actuar sobre ellos porque son la vía para llegar a la tenencia ilícita de armas, el tráfico de drogas, el blanqueo de capitales u otros tipos de fraude y todos los días se registran coches. Estos delitos a su vez permiten llegar al crimen organizado y a las organizaciones terroristas, por eso la clave está en los medios y no en los fines.
Los delitos mediatos no están muy penados porque no tienen gran repercusión sobre la seguridad y reciben escasa atención mediática. No es visible que un terrorista vaya armado por la calle, lo que impacta es el uso que haga del arma. De la misma manera que en el día a día de un policía está detectar objetos peligrosos para prevenir incidentes, también debería serlo prevenir otra clase de delitos que se ocultan tras los documentos falsos, como es el ocultamiento de un violador o un asesino.
En casos como la falsedad de documentos, la formación es especializada y se imparte a quienes trabajan en esa área, la reciben agentes que a menudo tocan menos documentos que quienes hacen controles de alcoholemia. Policías como Emilio Rodríguez han demostrado tener más impacto sobre la seguridad de nuestro país costeándose su formación y formando a otros que muchos teóricos de salón.
Juan Pablo de Anca Cuesta.
– Subinspector de policía.
– Grado en relaciones internacionales en inglés (URJC)
– Experto en análisis de inteligencia (UAM)
– Máster en dirección de sistemas de información (USAL)
– Coordinador de una policía para el siglo XXI.