El cuerpo sin vida de un bebé subsahariano ha aparecido sin vida cerca de la costa de Gran Canaria tras caer al agua desde una patera con 24 inmigrantes a bordo, cuatro de ellos menores.
Se trata de los sinsabores que acarrea la inmigración ilegal, espoleada por las mafias que no tienen escrúpulos en traficar con seres humanos, empujándolos a la mar, a bordo hacinadas y frágiles pateras, hacia un futuro incierto.
Y como resultado obtenemos hechos tan trágicos como el ocurrido durante la madrugada del jueves. Una patera, con 21 personas a bordo -tres de ellos de muy corta edad- arribaron en las costas de Arguinellín, al sur de la isla de Gran Canaria, aunque no llegarían todos con vida.
Desgraciadamente, durante las labores de desembarco, dos mujeres y un bebé cayeron al agua. El cadáver de una de las mujeres se recuperó el mismo jueves por la tarde.
Tristemente, tras más de un día de búsqueda, el cuerpo sin vida del bebé fue fortuitamente localizado por el usuario de una moto de agua, durante el mediodía del viernes. En estos momentos, aún no se ha recuperado el cuerpo de la otra mujer desaparecida.
En el dispositivo de búsqueda participa el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y la patrullera Río Tambre de la Guardia Civil, el helicóptero Helimer 202 de Salvamento Marítimo y las embarcaciones Menkalinan de Salvamento y L/S Escila de Cruz Roja.
En cuanto al resto de inmigrantes llegados a la isla, serían asistidos por Cruz Roja y el médico del centro de salud de la zona, siendo trasladados dos de los menores en ambulancia a un centro hospitalario para su valoración.
Todos los tripulantes de la patera eran de origen subsahariano, salvo dos varones magrebíes,