Sin precedente. Ese es el calificativo acorde a lo que ha ocurrido el pasado martes en el Juzgado de lo Penal número 1 de Santa Cruz de Tenerife. Su titular, Sandra Barrera, citó como perjudicada de maltrato animal a Milagros. Un hecho nada fuera de lo común, si Milagros no se tratara de una perra.
Obviamente la buena de Milagros, no puede hablar para relatar los hechos, pero su presencia inédita en los juzgados ha servido como gesto para sensibilizar y visualizar los delitos de maltrato animal. Hay que decir, que el animal se comportó ejemplarmente durante toda la vista y dejó entrever que goza de una excelente salud.
Los hechos se remontan al año 2012. El acusado, Sergio M.J., actualmente en prisión por otros delitos, habría introducido a la perra malherida a consecuencia de diversas mordeduras, en el interior de una maleta, arrojándola a continuación en un contenedor de basura, situado en la calle Los Molinos, de la capital tinerfeña.
Afortunadamente, los gemidos de sufrimiento del animal alertaron a los vecinos antes de que pasara el camión de basura y pudiese morir triturada. Dichos vecinos la liberaron de su cautiverio, donde apenas podía respirar. Gravemente herida y estado de shock, pero afortunadamente viva.
Sergio M.J., que declaró que creía que la perra estaba muerta cuando la arrojó al contenedor, se enfrenta a una petición de condena de prisión que oscila entre los nueve meses que solicita la Fiscalía y el año que demanda la acusación ejercida por el Albergue Comarcal Valle Colino.
Si es condenado, la fiscal del caso ya ha adelantado que exigirá que cumpla su pena, sin que se le conceda ningún tipo de suspensión, pese a tratarse de una pena inferior a dos años.
