Se avecinan cambios en la Guardia Civil. Su personal deberá someterse a pruebas internas de detección de consumo de alcohol o drogas cuando así lo determine un mando, si sale adelante el proyecto de orden ministerial que plantea que plantea la Dirección General de la Bernemérita, con el beneplácito del Gobierno.
Con la nueva orden, que se dictará vía real decreto, se pretenderá que estos nuevos medios de control garanticen la adecuada aptitud piscifísica de los guaridas civiles durante su servicio.
Los controles se llevarían a cabo a propuesta del jefe de unidad, de centro u organismo cuando este alto mando tenga sospecha fundada de consumo habitual de las citadas sustancias, o bien de forma aleatoria, según contempla el borrador de la orden ministerial. Pero, ¿y quién controla a estos mandos?.
De la descripción de este borrador, por tanto, se deduce que los mandos de la Guardia Civil no estarán obligados a someterse a dichas pruebas, lo que ha desatado un profundo malestar dentro de la escala de guardias y cabos de la Guardia Civil.
“Los mandos de la Guardia Civil no estarán obligados a someterse a las pruebas de detección de drogas o alcohol
Según dicta la orden, estarán facultados para autorizar la activación del procedimiento a los guardias, incluidos los alumnos en prácticas, “los oficiales al mando de una unidad orgánica o funcional”, los oficiales, de empleo comandante o superior, que sin estar al mando de una unidad, observen o tengan conocimiento de las conductas descritas”, así como “los oficiales adjuntos de compañía y los guardias civiles que sucedan o sustituyan en el mando a los oficiales jefes de unidad”.
Se considerará consumo excesivo de alcohol cuando se sobrepase la tasa de alcohol en sangre de 0,3 gramos por litro o de alcohol en aire espirado de 0,15 miligramos por litro, que es la medida que se tiene en cuenta en el caso de los conductores noveles y conductores profesionales (no es el caso de un guardia civil).
Si el guardia al que se exige la prueba se negara a someterse a ella, se le aplicará el régimen disciplinario de la Guardia Civil.
Llama poderosamente la atención que traten de impulsar esta medida de control justo cuando la falta de efectivos para cubrir los servicios ordinarios es tan acuciante. ¿ La prioridad será ahora fiscalizar a los guardias civiles en lugar de dotarlos de medios y recursos humanos suficientes para llevar a cabo sus funciones con la seguridad y las garantías que la ciudadanía demanda?