El detenido tenía antecedentes por homicidio. Fue condenado por matar a su casera en 2006, pero se le aplicaron eximentes tras un diagnóstico de esquizofrenia paranoide.
Los hechos ocurrieron este lunes en plena Rambla de Figueres (Gerona).
La víctima es un hombre de 64 años, vecino de la localidad gerundense Alt Empordà.
Sobre las nueve de la noche se encontraba la víctima en un bando del paseo junto con dos personas más. En ese momento se acercó el agresor y sin mediar palabra y por sorpresa le propinó una puñalada en el cuello.
Debido a la sorpresa y la rapidez, nadie pudo hacer nada por evitarlo.
La víctima se debatía entre la vida y la muerte ante el asombro de los viandantes.
Tras apuñalar al hombre, tiró el arma, un cuchillo de grandes dimensiones, a unos matorrales. Acto seguido se sentó en un banco a escasos metros donde había matado a su víctima.
Los transeúntes alertaron de los hechos a una patrulla de la Guardia Urbana.
Detuvieron inmediatamente al autor y localizaron el arma utilizada en el crimen.
La víctima fue atendida por los sanitarios desplazados hasta el lugar. Por desgracia la herida era demasiado profunda y fallecía de camino al Hospital de Figueres.
Los forenses realizaron una primera exploración al detenido para evaluar si podía tener una enfermedad mental. El resultado a la espera de una evaluación más exhaustiva es que no presentaba síntomas de trastornos.
Se ha tenido conocimiento, que el detenido ese mismo lunes, a las tres de la tarde había amenazado con un cuchillo a una mujer en una céntrica calle del municipio. En esta ocasión pudo esconderse en una escuela desde donde avisó a la policía.
La Policía lo localizó y tras no encontrarle arma alguna lo dejó marchar.
No es la primera vez que mata.
El autor fue condenado en 2008 por asesinar con un cuchillo en 2006 a la mujer que le alquilaba una habitación en un barrio de Figueres.
Al igual que hizo el lunes, atacó de manera repentina y sorpresiva con un arma blanca a su casera. Tras esto, le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide.
Fue condenado a un máximo de 14 años de internamiento psiquiátrico y a pagar 300.000 euros a los dos hijos menores de edad, de 6 y 8 años que tenía su víctima.
La Audiencia de Gerona concluyó que había sufrido “un episodio psicótico con cuadro delirante del tipo paranoide, y tenía abolidas sus facultades”, por lo que no ingresó en prisión por considerarlo un eximente completo de responsabilidad penal por enajenación mental.