Bajo la instrucción de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo, el SEPRONA de la Guardia Civil ha desarrollado una investigación en la que se ha puesto al descubierto la exportación ilícita de gases considerados como sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) por parte de una empresa dedicada a la comercialización y distribución de gases fluorados refrigerantes.
Además, esta empresa gestionaba irregularmente, como residuos peligrosos, los gases procedentes de la recuperación y no sujetos a comercialización, en vez de destinarlos directamente a su eliminación a través de un gestor autorizado.
Investigación
Las investigaciones se iniciaron a raíz de las comunicaciones recibidas de la Subdirección General de Calidad del Aire y Medio Ambiente Industrial del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), que alertaban de una presunta exportación irregular de gas refrigerante R-22 regenerado con destino a Panamá.
Situación medioambiental
Este tipo de actividades están sujetas a un estricto control debido a la progresiva disminución de la concentración de ozono en las capas medias de la atmósfera. Esta disminución de la concentración de ozono resulta sumamente dañina para la vida en la tierra y está provocada, en gran parte, por las emisiones de gases que se han englobado comúnmente como Sustancias que Agotan la capa de Ozono (SAO).
Desde el año 2010, están prohibidos el uso y la introducción en el mercado de gases que agotan la capa de ozono y, a partir del 1 de enero de 2015, quedó prohibida en el territorio de la Unión Europea la introducción en el mercado y uso de los HCFC,s en cualquiera de sus estados (puro, reciclado o regenerado).
Estas investigaciones coinciden temporalmente con un estudio de emisiones recientemente publicado por la ONU en el que se pone de manifiesto que la contaminación atmosférica continúa produciendo estragos en la salud de los seres humanos, calculando que afecta ya al 90% de la población mundial.
En la investigación realizada resultó fundamental el funcionamiento de los mecanismos establecidos a nivel europeo para controlar el uso o comercio de estas sustancias. La Unión Europea, a través del sistema de expedición de licencias (ODS Licensing System) y de las comunicaciones a las que están obligadas los operadores de sustancias identificadas como sustancias que agotan la capa de ozono, puede evaluar la magnitud de su impacto ambiental y garantizar que las mismas están sometidas al debido control.
Efecto invernadero
Además, este tipo de sustancias son gases de efecto invernadero con un Potencial de Calentamiento Global (GWP o PCA) asociado, parámetro que representa el calentamiento climático del gas de efecto invernadero respecto al del dióxido de carbono (CO2) que, para el R-22 es de 1.700, esto es, la liberación de 1 kilo de R-22, en términos de calentamiento atmosférico, equivaldría a la emisión de 1.700 kg de CO2, por lo que las casi 10 toneladas de R-22 objeto de la exportación habrían supuesto casi 17.000 toneladas de CO2 en Potencial de Calentamiento Global.