Organizada por la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) en su 41 Seminario, la cita ha puesto sobre la mesa cómo las gestiones en cada territorio sin distintas, pero a la vez tienen el nexo de optimizar las inversiones todo lo posible
El 41 Seminario de Ingeniería Hospitalaria que se celebra en el Palacio de Congresos FIBES de Sevilla ha acogido en su segunda jornada una mesa redonda sin precedentes, al sentar en un mismo foro a cinco consejeros de Sanidad de otras tantas comunidades autónomas, que han aportado su punto de vista de la gestión política de la salud en cinco puntos distintos del territorio nacional.
Bajo el título genérico de “Política e ingeniería: ¿Cómo pueden ir de la mano para alcanzar objetivos comunes? La visión de la Ingeniería Hospitalaria desde el punto de vista de una Consejería de Salud”, los cinco consejeros reunidos han sido María Martín Díez de Baldeón (La Rioja), Jesús Fernández Sanz (Castilla-La Mancha), Rocío Hernández (Andalucía), Marciano Gómez (Valencia) y César Pascual Fernández (Cantabria), en una charla moderada por el director gerente del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Manuel Molina Muñoz.
La importancia de la colaboración mutua
En esta mesa de debate, la consejera riojana ha llamado la atención sobre la importancia de la colaboración mutua entre los distintos organismos que gestionan la salud, porque “pensar que tienes una profesión en la que solo participas tú es endogamia, y ya sabemos que la naturaleza elimina a lo derivado de la endogamia”, por lo que, al referirse a la necesaria colaboración entre ingenieros y sanitarios, es importante tener en cuenta que, a veces puede haber reticencias, pero “cuando lo que se hace sirve para avanzar, para ayudar, y se ven ayudados, enseguida se integran”, de modo que la ingeniería en el ámbito de la sanidad “ha evolucionado de la forma más natural, como todos los usuarios la necesitan”.
Y es que se trata de un sector “imprescindible para tener los datos que ayuden a tomar decisiones”, de modo que “en cualquier ámbito de la vida profesional no ir a ciegas es imprescindible, y esa es una de las cosas más grandes que puede aportar la ingeniería”.
Los ingenieros, al final, realizan proyectos “y consiguen datos que salvan vidas, que nos dan una información maravillosa”. “Nadie se plantea si el ingeniero tiene que estar o no en la sanidad, es algo que se entiende de la manera más natural por todo lo que aporta”, ha añadido.
“Todas las decisiones importantes pasan por la política”
Jesús Fernández Sanz se ha detenido a analizar la importancia de la gestión sanitaria desde una administración pública, y no solo en sanidad, ya que “el 100 % de las decisiones importantes para las personas pasan por la política, y es importante que pisemos bien el terreno y sepamos lo que pasa en el día a día” para optimizar todo lo posible las inversiones que se realicen, además de “ir dando pasos en profesionalizar la gestión”.
Ha reflexionado también sobre el hecho de que los periodos electorales y los plazos para gobernar no siempre ayudan en la gestión, de modo que “una de las grandes carencias que tiene la gestión estratégica es que parece que cada cuatro años hay un huracán que se lleva el talento, sea bueno o malo, pero hay que quedarse con el talento bueno, y dejar fuera a las personas que no quieran contribuir”.
Todo ello, porque “en tantas profesiones que rodean al mundo sanitario, esto ayuda a que la gente que no es del mundo de la salud, pero que tiene mucha experiencia, nos ayude a ver cómo tienen que ser los siguientes pasos”, con lo que los equipos tienen que tener la estabilidad suficiente como para ser eficaces en su trabajo diario.
“Al servicio de la población”
La consejera andaluza, por su parte, incide en que los políticos en general y los dedicados a la gestión sanitaria en particular “son cargos de servicio a la población, y lo que tenemos que hacer es crear políticas sanitarias que den respuesta a las necesidades de la gente, sin perder de vista el marco temporal”, aunque con el handicap de que la gestión se hace a cuatro años vista, pero “las políticas sanitarias hay que hacerlas con planificación, hay que mirar al futuro”, y vistas las cifras de previsión de envejecimiento poblacional en el marco de la Unión Europa, “hay que planificar ahora para saber qué haremos dentro de 10 o 15 años” además de defender que, “en un entorno donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y donde las necesidades de nuestros sistemas sanitarios están en constante evolución, la ingeniería no es un complemento de la política sanitaria, sino uno de sus pilares fundamentales”.
Así, ha subrayado, que “para gestionar de forma efectiva nuestros sistemas de salud, necesitamos una infraestructura sólida y moderna que permita una atención sanitaria segura, eficiente y de calidad”, tanto en los hospitales como en los centros de atención primaria, “donde se concentra gran parte del esfuerzo de la promoción y prevención de la salud”.
La titular andaluza de Salud y Consumo ha afirmado que “la ingeniería no solo tiene la capacidad de transformar los espacios de salud en entornos inteligentes, adaptados a las necesidades del paciente y del personal sanitario, sino que puede y debe ayudarnos a redefinir procesos y formas de trabajo para que sean más eficaces a la par que eficientes”.
Medir el impacto de los hospitales en toda la sociedad
El consejero valenciano recuerda que los plazos a la hora de trabajar en sanidad son tales que ahora está viendo el fruto de algunas gestiones que hizo en su primera etapa en la comunidad, a mediados de los años 90. “Salud es tener servicios hacia los ciudadanos, trabajar por y para los ciudadanos, por y para la salud y la calidad de vida”, ha destacado, al tiempo que ha recordado que un centro hospitalario no es un edificio en sí mismo sin relación con su entorno, sino que “cuando te planteas una infraestructura de dimensiones importantes, como hospitales de media complejidad, se trabaja también en la predicción en la medida de la posible para saber el impacto del hospital en el contexto global de la comunidad”.
Durante su charla, ha abogado por realizar diseños como el que se planteó en La Fe de Valencia, un centro que “se diseñó en compartimentos estanco para posibles infecciones y poder cerrar zonas y plantas si era necesario”, de modo que fue vital ese planteamiento con la llegada de la pandemia.
Sobre las inversiones a futuro, recuerda que “no puedes dejar de pensar qué infraestructuras vas a hacer cuando tienes pacientes esperando en Urgencias, pero más allá de los tiempos políticos hay que dar servicio, y es importante desvincular esos tiempos de la planificación y de los tiempos de asistencia”.
“Allá ellos, los que prometen en elecciones cosas que no van a hacer”, ha dicho Marciano Gómez, que ha defendido el papel de los ingenieros hospitalarios, que mantienen “las organizaciones dinámicas, abiertas y funcionales. Uno no entendería las organizaciones sanitarias sin ingenieros”, ha dicho.
“Hay que sacar partido a los ingenieros”
Por último, el consejero cántabro señala que “política e ingeniería es un oxímoron”, pero “tenemos que estar en la vida real, y la sanidad ha ido evolucionando desde un concepto de medicina a uno más real. El clínico, tal y como está evolucionando, ya no somos una ciencia humanista, ni ciencia, somos tecnología, y no va a saber sacarle partido si no tiene cerca un ingeniero, que le dé rendimiento a los aparatos”.
Por eso, la ingeniería en los centros sanitarios “avanza igual que en la vida real, está en todas partes, y nadie se puede plantear otra cosa”.
Pero, además, entiende que reforzar la relación ingenieros-sanitarios es algo que “va a permitir retener talento”, ya que, por encima de decisiones políticas, “lo ponga quien lo ponga en su puesto, va a ser imprescindible”.
“El camino es estar en la vida real, vamos tarde en relación a otros sectores”, ha señalado, mientras reclama que la sanidad ocupe su espacio en una “sociedad digital”, que haga que no se recurra “a webs, curanderos o clínicas en pisos ilegales”, y sí a verdaderos profesionales”.