Emanuela Orlandi: su desaparición en el Vaticano abre el Capitolio de Roma para una nueva investigación

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¡Hola! Soy Concha Calleja, escritora y perito judicial en psicología forense, perfiles psicológicos y criminología. Llevo años investigando las historias reales que hay alrededor de  crímenes que han tenido -o siguen teniendo- un gran impacto en la sociedad. Esto puede ser por el perfil de la víctima, del acusado, o por su dificultad en el análisis de la investigación.  Porque la verdad es interés de todos.

La desaparición de Emanuela Orlandi, ciudadana del Vaticano, hace 41 años, llega ahora al Capitolio de Roma envuelta en conspiraciones, secretos, dudas, y nuevos datos dentro de un thriller real que da la vuelta al mundo.

Si el pasado año fue cuando el mismo Vaticano reabrió el caso -aún sin cerrar- de la desaparición de Emanuela Orlandi, ahora, una comisión especial en el Capitolio lleva al límite una nueva investigación de la ciudadana vaticana cuya desaparición sigue dando la vuelta al mundo cada vez que aparecen nuevos datos. Si bien, no es de extrañar porque el caso de Emanuela contiene unos ingredientes que lo hacen único, y que parten de la desaparición de una niña de 15 años que involucra al mismo Vaticano, a los investigadores,  la mafia, los Servicios de Inteligencia o al banco ambrosiano. Aderezado todo con muertes sospechosas, tumbas vacías, atentado al Papa, y una gran cantidad de misterio que  hace este caso  muy difícil de digerir.

Cuando investigué periodísticamente este caso, una de las cosas que más llamó mi atención fue algo que me dijo Laura Sgro, abogada de los Orlandi, y que hacía referencia a que “hay personas que saben lo que le sucedió a Emanuela pero siguen callando por miedo. Las investigaciones dicen que sobre la investigación de la fiscalía hay mucho silencio… Tampoco me han entregado nunca la documentación que posee sobre el caso la Santa Sede, nunca nos ha sido entregada. Insistiremos hasta el final más amargo. La verdad es interés de todos.” Y, digo ¿Es verdad lo que apunta Laura Sgro y alguien sabe lo que le sucedió a Emanuela? No hay respuesta clara sobre esto.

Ahora, concretamente el día 7 de octubre, el senador y presidente de la comisión bicameral de investigación, Andrea de Priamo, abrió la sala Promoteca del Capitolio, como parte de una investigación en curso que en estos momentos está más viva que nunca. Senadores, diputados, y Pietro Orlandi, hermano de la desaparecida, fueron los grandes protagonistas de una jornada donde las emociones y la necesidad de justicia resultaron evidentes.

EL CASO

El thriller de Orlandi comienza el 22 de junio de 1983, cuando Emanuela, cuarta hija de Ercole, un empleado de la Prefectura del Papa (los Orlandi han servido a siete Papas), no regresa a su casa dentro de la Ciudad del Vaticano, después de haber asistido a sus habituales clases de música en la Piazza Navona.

Sobre las siete de la tarde, Emanuela hace la última llamada telefónica a su hermana Federica diciendo que acababa de recibir una oferta de trabajo para la empresa AVON de parte de una persona a quién no identifica porque no la conocía. Por el trabajo le ofrecían 375000 Liras. Una suma considerable si tenemos en cuenta que era para repartir cosméticos de AVON en una sola tarde, durante un desfile de Sorelle Fontana.

A su hermana Federica no le parece bien la idea y recuerda que sólo unos días antes, a ella misma, la habían parado por la calle para ofrecerle un papel en una película que iban a rodar en los próximos meses, por el que también le ofrecían una cantidad elevada de dinero, y que  rechazó por parecerle una petición extraña. Con el mismo argumento en mente, Federica le dijo a su hermana “Espera, habla con mamá de esto”, pero Emanuela nunca regresó a casa.

INVESTIGACIÓN

Las primeras investigaciones que se realizaron iban dirigidas al círculo de AVON. Sin embargo, un dato extraño que nunca se ha esclarecido, es el que sucedió el tercer día de su desaparición cuando dos agentes del SISDE (Servicios de Inteligencia de Italia), se presentaron en la casa de los Orlandi para ofrecer su ayuda. Uno de ellos se identificó con el nombre de Giulio Gangi.

Gangi puso a la familia Orlandi sobre algunas de las pistas iniciales que se estaban llevando a cabo gracias al testimonio de un policía de transito y a un policía de guardia en Corso Rinascimiento, frente al Senado. Ambos hombres dijeron que habían visto a un hombre de unos 35 años que supuestamente se acercó a una chica descrita como Emanuela, y después vieron como los dos se subieron a un BMV de color verde. Esta pista no llevará la investigación muy lejos.

Sin embargo, Gangi continuó investigando de cerca la desaparición y se acercó cada vez más a los Orlandi y a su dolor. Por sorpresa, diez años después, el agente fue apartado del servicio secreto bajo la excusa de que sus investigaciones habían sido “inapropiadas”, y unos años más tarde el cuerpo sin vida de Giulio Gangi fue hallado en su casa, recostado en sobre la cama.

Tan solo un día antes, Gangi, que nunca dejó de buscar a Emanuela, había contactado con un periodista del Corriere para realizar una “inspección” al caso Orlandi, y le dejó grabado en su contestador automático un último mensaje “Llámame el día antes de venir, a partir de las 13:30, así me organizo. Haremos la inspección sobre las 11:00 y después nos desplazaremos a un lugar cercano. Un abrazo.” Ese día nunca llegó.

Se pegaron carteles con la foto de Emanuela, se concedieron entrevistas, y se siguieron numerosas y distantes pistas que nunca llevaban a un puerto fijo. Por ejemplo, la llamada de un americano solicitando el intercambio de la niña con Ali Agca, que hizo desviar toda la atención a un trasfondo político.

Otro giro en la investigación fue cuando el Papa Juan Pablo II sorprendió a todos durante el Ángelus del 3 de julio, pidiendo por la liberación de Emanuela “Los que tienen en su poder a Emanuela que la dejen marchar.” Ésta frase hizo saltar todas las alarmas en la familia Orlandi, sobre todo en Pietro, el hermano de Emanuela que nunca ha dejado de buscarla y que comenzó a hacerse todo tipo de preguntas aún sin respuesta ¿era un secuestro realmente? ¿Por qué habla directamente de secuestro? ¿Tenía el Papa alguna información que los ellos desconocían?

Lo que en este punto queda claro es que con estas palabras del Santo Padre, Emanuela se convirtió en un arma de presión muy oportuna en manos de quienes tenían razones para chantajear al Vaticano.

Y, aquí aparecen las tres hipótesis principales que a día de hoy siguen manteniendo la intriga planetaria:

1 Chantaje al Vaticano por razones políticas: ataque a Juan Pablo II y Ali Agca.

2 Ataque al Vaticano por motivos económicos: El Instituto de Obras de Religión (IOR), la Banda de la Magliana y el Banco Ambrosiano.

3 Corrupción sexual

Y, una cuarta hipótesis que quedó descartada que es la desaparición voluntaria de Emanuela.

Si bien, una cosa está clara en todo esto. A parte de las cortinas de humo voluntarias, una serie de personajes posiblemente ajenos a los hechos aprovecharon la situación y se adjudicaron el secuestro para avanzar en su chantaje con fines políticos o económicos y obstaculizaron la investigación desde el principio.

AHORA, EN EL CAPITOLIO.

Fue el senador Priamo, quién rompió el silencio cuando se dirigió al público de la sala y dejó bien clara su confianza en esta comisión de investigación Orlandi, informando que “Actualmente tienen tres operativos trabajando en el caso: la Fiscalía de Roma, la Fiscalía del Vaticano y la comisión bicameral.”  Sin duda,. Resulta llamativo que más de cuatro décadas después de la desaparición de Emanuela, tanto Roma como el Vaticano estén trabajando a pleno rendimiento para intentar dar luz a un caso  que continúa traspasando fronteras y preocupando, no solo a Italia, sino al mundo entero.

El senador continuó diciendo que “la principal tarea de la Comisión es llegar a un informe que será entregado de forma íntegra al Parlamento.” Priamo no puso fecha al fin de la investigación ni tampoco se pronunció de las consecuencias que podrían acarrear los nuevos datos. Sin embargo, Pietro Orlandi, el responsable directo de que la desaparición de su hermana no quede impune, dejó bien clara su postura ante la Comisión cuando dijo que estaba seguro que su hermana estuvo retenida en Londres durante meses a cargo de la Iglesia -otro de los rastros sin aclarar-, y que las pistas que debe seguir la nueva investigación es precisamente qué pasó y cuáles fueron los siguientes pasos de su hermana.

Pietro mostró una clara evidencia de su angustia, que no ha mermado desde que su hermana desapareció, y de su insistencia en que los nuevos investigadores deben ser mucho más claros de lo que han sido hasta ahora. De hecho, Pietro solicitó que mediasen ante el Papa Francisco para que se le anule el secreto pontificio a Francesca Chaoqui, ex directora de la organización de estructuras económicas y administrativas de la Santa Sed, involucrada en la investigación Vatileaks, y que consideran una pieza fundamental para esclarecer las incógnitas que restan.

Chaoqui fue la persona que puso en relevancia en 2017 el misterio relativo a un caja de madera  -se refieren a ella como caja de jamones”, que supuestamente está custodiada en la cripta de la Basílica de Santa María la Mayor, y cuyo contenido podría tener las respuestas a todo el caso… o no, es difícil de saber porque aparentemente nadie ha podido llegar hasta allí.

El caso es que Chaoqui está sujeta al secreto pontificio, y  estuvo implicada en el caso Vatileaks y la filtración de documentos reservados que implicaba a las finanzas vaticanas, a varios Cardenales, entre ellos al español monseñor Vallejo Balda, custodio, según me dicen, de algunos secretos sobre la desaparición de Emanuela.

En esta nueva investigación una de las piezas claves junto con liberar el silencio de Chaoqui es la de llegar a esa cripta de la Basílica y comprobar que puede ser tan importante para que Valentino Miserach, canónigo honorario de la basílica de Santa María la Mayor, haya declarado que “la basílica ha sido intervenida y no tengo acceso a esa zona.” Un misterio más en este caso que tendrá que desvelar esta nueva investigación abierta por el Parlamento de Roma. O no.

Concha Calleja

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