Judíos, moros y cristianos … y la rubia del jaguar

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En el balneario, casi crematorio, no nos llega la camisa al cuerpo. Anoche, después de la cena pantagruélica con la que quieren ir eliminando poco a poco a los abuelos  – 3 platos con vino y postre, como si estuviéramos en los tiempos de la posguerra.  Algunos, más bien algunas, se llevan los panecillos untados de mantequilla para la medianoche, por si les da hambre-. Después de una cena digna de Gargantúa, a la que la maraña se tira de cabeza, como si ninguno hubiera comido caliente desde que se cayó de boca en el brasero,  vamos como manada de borregos a ver a ver el telediario y luego ese programa de buscar novios, que aquí hay gente que no pierde la esperanza. Yo no le hago caso al “fridate” ese, porque con mi rubia del Jaguar me basta y me sobra. No puedo mantener a la central y no estoy como para poner sucursales.

El telediario nos ha amargado la sobremesa y hasta se ha cargado dos partidas de parchís que tenía  apalabradas con la vieja del flotador de unicornio a la que es muy fácil hacerle trampas y desplumarla.

La tele ha estado toda la noche poniendo imágenes  – los abuelos dicen que son mentira, que son videojuegos de niños-, pero yo, que he trabajado de espía una temporada larga, sé que son ciertas. Los iraníes – moros en lenguaje común y para entendernos, aunque sean persas indoeuropeos y no bereberes o mauritanos- han cumplido su amenaza y han lanzado  doscientos misiles a los judíos para que sepan que no se van a estar quietos mientras ellos campan a sus anchas en una zona que creen suya desde que empezó a funcionar el mito de Abraham hace cuatro mil quinientos años.

Esto creo que me va a costar unas cuantas denuncias por delitos de odio  – una gilipollez genérica difícil de tipificar-. Si titulo este escrito “Judíos, moros y cristianos” vendrá algún listillo y dirá: ¡Odio! ¿A quién? Yo no odio a nadie, solo me caen como el culo  – imprescindible para el buen funcionamiento de todo el cuerpo- los ultrafascistas que abusan de los pobres desgraciados y pelotean al poderoso y, de esos, tras cuarenta años en la cárcel,  conozco unos cuantos y hasta les puedo dar  nombres.

Nos han secuestrado el lenguaje y los grupos de poder  – progres, memos, gilis, elegetepollas, moñas, tontolahabas y asimilados- te llaman facha si dices moro, si dices negro, si dices gitano o judío, y si dices piel roja, o sea yo- se te tiran al cuello como si fueras un neonazi. Les puedo dar un listado de mis amigos negros, moros, gitanos, mariquitas, ex presos… a los que quiero, valoro y respeto, con los que me comunico aunque no me acueste porque solo me pienso acostar y comérmela entera cuando consienta, con mi rubia del Jaguar, preciosa y estratosférica, galáctica y escultural, sabia y con un delicioso toque de mala leche. Y yo…fiel como un San Luis.

Ya ha llegado la rubia del Jaguar  – no sé si quiere dormir conmigo o que le explique el conflicto árabe- israelí, o porque hay “tontopollas” – vocablo granaíno puro- que si pides algo a una administración y dices “para los peques”, te dicen que si no usas lenguaje inclusivo no te conceden nada. Hay que cogérsela con papel de fumar escribiendo. ¡Qué tiempos aquellos en que solo había un tonto por pueblo.

Hablando de judíos, moros y cristianos  – incluye a judías, moras y cristianas-,  tengo que referirme al maravilloso libro de mi casi paisano Américo Castro, que iba a caballo desde mi pueblo a la Universidad en Granada. Los judíos, los moros y los cristianos contribuyeron a conformar la sociedad española tal y como está hoy, con guerras, peleas e inquisiciones incluidas y fue una desgracia la expulsión de los dos últimos colectivos.

 En relación con el lio árabe-israelí, no nos podemos retrotraer a Abraham ni a Moisés  – mitos ambos para explicar la existencia de un pueblo-, ni a la tribu de Judá  – de ahí judío-, ni a los filisteos o a los moabitas o a los cananeos para explicar que allí había gente cuando ellos llegaron desde Ur de Caldea, actual Irak y luego desde la esclavitud de Egipto.

Tras siglos de diásporas y de pogromos, desde los romanos, los reyes católicos, los rusos o los nazis, los judíos, con gran conciencia de pueblo cohesionado por ese pensamiento paranoico de que “somos el pueblo elegido de Dios”, consiguieron  – con el nacimiento del sionismo a finales del XIX en Francia con el famoso “Caso Dreyfuss”, que occidente insistiera en proporcionarles un estado y una tierra. Occidente  – América, Inglaterra y Francia- no actuaron empujados por la piedad ni la compasión aunque el holocausto nazi influyó como también lo hizo la desintegración del imperio otomano. Occidente necesitaba una cuña occidentalizada – EE.UU, Francia e Inglaterra- en el Oriente Medio.

Desde la fundación del Estado de Israel se fue agudizando el problema. Los judíos compraron tierras en Cisjordania y fueron arrinconando y oprimiendo a los Palestinos. Yo he estado allí, he pasado una nochebuena y una Navidad en Jerusalén, en Belén, en Jenín, en Nablús, en Hebrón y en Ramala y sé qué se cuece. Saben que desprecio a los criminólogos de salón que solo torean sin ver nunca al toro de cerca.

Este es el problema: dos pueblos enfrentados dicen que Dios ha dicho que esa tierra es suya. Insoluble. Y las guerras se suceden. Recuerden la de los seis días en junio del 67 que enfrentó a Israel con Egipto, Siria, Jordania e Irak. Recuerden la crisis del petróleo en octubre del 73 causada por la guerra del Yon Kipur que enfrentó otra vez  Israel con Egipto. Recordemos a Bin Laden y todas las secuelas de Al Qaeda, grupos terroristas islámicos que lo imitan. Todo nace de lo mismo: la opresión de los palestinos y la Yihad que predican los integristas islámicos que pretenden crear en el mundo un Califato  -el califa es la máxima autoridad islámica que se dice descendiente de Mahoma -y que pretende un reino universal en el que la norma única y suprema sea la Sharía, o sea el Corán. En el islam, como en todas las religiones, priman los dogmas irracionales, o sea las gilipolleces que repugnan a la inteligencia pero que la gente se cree por la predisposición que tenemos a comulgar con ruedas de molino si nos proporcionan tranquilidad: la resurrección, el paraíso, el pecado original, la redención, la vida eterna, las setenta huríes que esperan a los guerreros que mueren en la Yihad, etc… En el Islam se afirma que El es la religión natural y que solo los miembros de la Umma son respetables. Todos los que no formamos parte de esa comunidad valemos menos que nada. Somos matables. ¿Quieren bibliografía? Yo se la doy. Esto dicho de manera rápida y resumida

Ahora se cumple el aniversario del inicio de las grandes masacres. El 7 de octubre del 23, Hamás atacó Israel que ha devuelto el golpe corregido y aumentado. No olvido a esa chica, ya muerta, que era empujada con el pantalón de chándal gris ensangrentado como de haber sido violada reiteradamente por todos los accesos posibles. Esas conductas son contrarias al Corán, que lo sepan los moros que las llevaron a cabo. Tampoco olvido que el Mossad es imposible que no estuviera avisado de los planes de Hamas, siendo la  mejor unidad mundial de espionaje.

Este es el hecho. Hamás  – organización islamista y yihadista que fundó aquel individuo que andaba en silla de ruedas vestido siempre con túnica y pañuelo blanco, Ahmed Yasin, que defendía la inspiración divina del movimiento. Considerado terrorista por occidente-. Hamás ataca a Israel desde Gaza e Israel machaca a Gaza. Unos a otros se acusan de terroristas. He conocido a mil terroristas y jamás he sabido de uno que diga serlo. Todos se definen luchadores por su pueblo y por la paz. Israel está llevando a cabo una guerra en Gaza de aplastamiento con cuarenta y dos mil muertos a sus espaldas en un año.

 Hezbola, el partido de Dios en el Líbano. También aquí está Dios por en medio. Si los anteriores son sunnitas, estos son chiitas  – las dos corrientes esenciales del Islam-, y ambos financiados y apoyados por Irán, que es chiita. Israel está ahora mismo atacando a Hezbolá en  el Líbano, bombardeando Beirut  y luchando cuerpo a cuerpo en el Sur. Nasrallah, su líder fue muerto hace unos días lo mismo que el de Hamás, Ismail Haniya. También se llaman terroristas mutuamente.

Los huties. Movimiento armado de Yemen, chiita, también partidarios de Dios y antiimperialistas que han bombardeado objetivos israelitas y han sido bombardeados por Israel.

Ya ven el escenario. Complicado porque hay muchos sujetos en interacción, todos  consideran terrorista al contrario y todos se creen poseedores de la verdad, con Dios de su parte y apoyados por potencias  – Americanos, etc… Iraníes y Rusos-. Todos tienen características que hacen la guerra más peligrosa: tienen armas atómicas y tienen dominio sobre la zona petrolífera más importante del mundo y sobre el estrecho de Ormuz por donde circula la mayor parte del crudo que consume occidente.

Querida rubia: ¿Te queda clara la magnitud del conflicto? ¿Ves como tenemos que andar suplicando no se sabe a quien que todo esto nos pille confesados? El papa ha señalado el día 7 como día de oración por la paz. Otra bobada. La historia del mundo se mide y se cuenta como la historia de sus guerras y las iglesias y confesiones religiosas han tenido mucha culpa en casi todas ellas. Mil veces se ha usado el argumento de que tal o cual cosa es así porque Dios lo manda, lo quiere, lo permite y hasta lo azuza.   Ya verás como nos joden la boda. Ni consumar vamos a poder.

prisiones, putas y pistolas
Manuel Avilés, escritor y director de prisiones jubilado, para h50 Digital

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