El ser humano es tan complejo que aún teniendo la oportunidad de vivir la vida con cierta facilidad y lejos de todo problema, siempre habrá alguien que se afane en complicarlo todo para hacerla caótica.
En ese caos es donde nosotros debemos poner orden.
Dicen que todos venimos al mundo con una misión, y la nuestra en gran medida está en saber lograr la calma donde impere la tensión e intentar llevar luz a lugares sumidos en la más absoluta oscuridad. Y no, no es nada sencillo, ni tampoco es una tarea pensada para ser realizada por cualquiera.
Es necesario ser conscientes de cuál es nuestra misión y de su importancia, pues personalmente creo que el significado de nuestro paso por la vida está en que aquello que hagamos redunde en favor los demás.
A simple vista lo anterior podría parecer algo propio de un pensamiento idealizado llevado su máxima expresión y poco práctico en la sociedad en la que nos toca vivir, pero me queda la satisfacción de saber que cerca mí son numerosos los que comparten esa opinión y día a día la ponen en práctica.
Entrega desmedida y vocación de servicio, honestidad y coraje...Para muchos puede sonar al típico eslogan de promoción para oposiciones, pero para quién está dispuesto a dar su vida por los demás son más que palabras bonitas, son principios incuestionables de nuestra forma de entender la vida.
Ángeles azules, sí. Somos ángeles azules pero de carne y hueso, también reímos, amamos y sufrimos, por eso antes de juzgarnos por lo que somos, piensa que seremos nosotros y no otros los que siempre estaremos dispuestos a bajar al mismísimo infierno incluso asumiendo el riesgo de quemarnos las alas por salvarte a ti.
A pesar de lo anterior, nos mirarás con desdén, renegarás de nuestra presencia e incluso rechazarás nuestra ayuda. No vinimos aquí para ser queridos, ni admirados, somos en muchas ocasiones una compañía molesta y aún con tanto desprecio aquí estamos y estaremos.
Somos ángeles azules en un cielo cada vez más oscuro.
Sirva este artículo como reconocimiento a todos los policías nacionales que dieron su vida, a los se la juegan cada día y a los que luchan y se preparan para vestir con orgullo el uniforme. A los ya se fueron, a los que estamos y a los que vendrán.
Fuerza y honor!!
Siempre quedarán ANGELES AZULES, blancos, dorados, plateados como un buen pescado, gracias por estar y ser así, cuantos más mejor para poder combatir a los oscuros que solo vienen del mal y que ahora tanto aparece por donde quiera que vayamos.
Sois nuestra esperanza y confiamos en vosotros. Cuidaros mucho.
Gracias.