El Departamento de Policía de Nueva York ha difundido las imágenes de una cámara corporal capturando una intervención policial en una estación de metro de Brooklyn donde tras fallar el uso del Taser para frenar a un delincuente se ven obligados a usar sus armas de fuego reglamentarias para salvar sus vidas y evitar ser acuchillados. El incidente ha ocurrido el 15 de septiembre cuando cuando dos agentes intentaron detener a un hombre que había evadido el pago del billete.
El sospechoso, identificado como Derrell Mickles, de 37 años, sacó un cuchillo cuando los agentes se acercaron. A pesar de las repetidas advertencias para que soltara el arma, Mickles se negó a cumplir. Los oficiales intentaron neutralizarlo utilizando pistolas Táser, pero los disparos fallaron en inmovilizar al sospechoso.
Ante la amenaza inminente de ser acuchillados, los agentes se vieron obligados a recurrir a sus armas de fuego. En el tiroteo resultaron heridos Mickles, un hombre de 49 años y una mujer de 26, ambos transeúntes que se encontraban en la estación. Mickles fue hospitalizado y posteriormente procesado, declarándose inocente de los cargos presentados en su contra.
El incidente ha generado un intenso debate sobre el uso de la fuerza por parte de la policía y la gestión de situaciones de crisis en el transporte público. Diversos grupos han criticado la actuación de los agentes, calificándola de excesiva, mientras que otros defienden que actuaron en defensa propia y de los pasajeros.
