Un detenido ha agredido con extrema brutalidad a un agente de la Guardia Civil para fugarse del cuartel de Tarifa. Después de destrozarle la pierna al agente logró fugarse de las instalaciones aprovechando el momento en el que el delincuente estaba siendo trasladado desde los calabozos a otras dependencias policiales.
El agente agredido sufrió fracturas en la tibia y el peroné, lo que le impidió levantarse del suelo. A pesar de la intervención de otro agente, el detenido consiguió escapar del cuartel.
La Guardia Civil inició de inmediato una operación de búsqueda y localización del fugitivo. Poco después, el individuo se entregó voluntariamente tras mediación de unos familiares. Actualmente, se encuentra de nuevo en custodia y a la espera de ser puesto a disposición judicial.
Nos encontramos ante un caso más de brutalidad delincuencial que evidencia el deteriorado principio de autoridad y recuerda la necesidad de considerar la profesión de guardia civil como de riesgo, así como de declarar el Campo de Gibraltar como una zona de especial singularidad. Un punto geográfico español donde la criminalidad es considerablemente peligrosa incentivada por el dominio del narcotráfico.
Este incidente subraya los peligros a los que se enfrentan diariamente los agentes de la Guardia Civil en el desempeño de sus funciones y la importancia de reforzar las medidas de seguridad en las instalaciones policiales.
