En los últimos años se ha visto incrementado de forma exponencial las denuncias de estafas de telefonía. La gente se percata de la estafa cuando le llegan las facturas de las compañías telefónicas, o cuando una empresa de cobro de deudas se pone en contacto con ellos.
Los avances tecnológicos, hacen que los delincuentes se adapten a las circunstancias.
Mientras las grandes empresas telefónicas, como Movistar, Vodafone, Orange o Jazztel facilitan a los usuarios el alta de líneas telefónicas, los estafadores, ven una oportunidad de sacar un beneficio.
Consiguen datos de las víctimas, generalmente a través de las cartas de los buzones.
Una vez tienen los datos, llaman a las compañías para dar de altas las líneas, sacando generalmente algún teléfono de alta gama.
El número de cuenta facilitado no existe o es de otro perjudicado, lo que complica la investigación.
Cuando las compañías intentan cobrar las mensualidades, estas son devueltas.
Tras devolver unos recibos envían unas cartas de aviso de impago, generalmente a un domicilio distinto al de la víctima.
Cuando pasan unos meses, derivan el cobro a una empresa de impagos, la cual localiza al perjudicado y le notifica la deuda.
Para entonces ha pasado mucho tiempo y el teléfono móvil que se sacó al dar de alta las líneas telefónicas estará vendido o cambiado por droga.
Si es el caso, lo primero es recopilar toda la información disponible que pueda facilitar la empresa de impagos o la propia compañía telefónica.
Acto seguido habría que presentar la denuncia en Comisaría y remitirla a la compañía telefónica.
Uno de los consejos para evitar este tipo de estafas es evitar recibir cartas bancarias en tu domicilio. Basta con comunicarlo a la entidad bancaria.