Convertirse en Policía Nacional es un sueño para muchos. Para otros tantos, es una oportunidad para optar a un buen puesto de trabajo con las garantías de ser funcionario. De esta diferente visión a la hora de afrontar la oposición parte el eterno dilema sobre la “indispensabilidad” de que para ser policía hace falta tener vocación o simplemente vestir el uniforme es parte de una convicción profesional. De una forma u otra cualquier perfil es bueno de partida para desempeñar con ilusión esta labor. Pero… ¿Puede ser esa ilusión eterna? ¿En qué momento podría desquebrajarse?
La carrera policial es larga. Raro es el caso que por iniciativa propia ha dejado de lado la placa para iniciar un nuevo proyecto o cambiar de sector (aunque todos sabemos que “habelas hailas”). Por lo general, un opositor jura el cargo con el fiel compromiso de fraguar cuerpo y alma con esta particular profesión, dar la vida por aquellos principios grabados sobre la piedra de acceso a la Academia Nacional de Ávila. Pero la realidad es que esa motivación ensoñadora de los inicios de un agente puede ir diluyéndose…
Principales puntos que te hacen perder la motivación de ser policía
La motivación en el trabajo es un pilar fundamental para mantener la productividad y el bienestar personal. Sin embargo, hay varios factores que pueden hacer que un policía pierda el interés y la motivación en el desarrollo de sus tareas profesionales. A continuación, exploramos algunos de los puntos más comunes que pueden llevar a la desmotivación laboral.
1. Falta de Retos y Monotonía
Uno de los principales factores que contribuyen a la desmotivación es la falta de retos. En la Policía (como en cualquier otro trabajo del sistema productivo actual) existen ciertas tareas que se vuelven rutinarias y repetitivas. Un agente puede sentir en un momento determinado que no están creciendo ni adquiriendo aprendizaje alguno en su puesto de trabajo. Esta monotonía se vincula por norma general a puestos administrativos o burocráticos aunque tampoco están al margen de caer en la monotonía agentes destinados en puestos operativos o de investigación que pueden caer en fase de aburrimiento y disminución del rendimiento profesional. Esta fase se acentúa con protocolos rígidos y excesivamente normativizados que simulan en ocasiones trabajos en cadena como el fordismo. Planes de formación continua, de reciclaje o recurrir a otro tipo de acciones grupales incluso fuera del lugar de trabajo podría ser la solución.
2. Falta de Reconocimiento
¿Recuerdas aquella intervención de la que sientes gran orgullo y de la que ningún superior te ha, ni tan siquiera, dado la enhorabuena? ¿ A caso has sido alguna vez herido en acto de servicio y nadie se ha interesado en tu estado de salud ni proceso de recuperación? ¿Han pasado 20 años sin recibir una medalla?… El reconocimiento y la apreciación son fundamentales para mantener la motivación. Cuando los trabajadores sienten que su labor no es valorada o reconocida, pueden perder el interés y el compromiso con la institución. Un simple agradecimiento o reconocimiento público puede hacer una gran diferencia.
3. Mal Ambiente Laboral
Un ambiente laboral tóxico, con conflictos entre compañeros o con los jefes, puede ser extremadamente desmotivador. La falta de liderazgo, un exceso de autoritarismo o la falta de apoyo pueden crear un entorno de trabajo estresante y desagradable. Son factores en ocasiones ajenas y expuestas a decenas de cuestiones pero conviene ser conscientes del caso y tomar una decisión a tiempo en dirección de huida.
4. Falta de Oportunidades de Crecimiento
La carrera policial es a nivel nacional y se rige por un sistema de ascensos en cierto modo “complejo”. Ser policía nacional y disponer de un grado universitario no te sirve de nada para ascender a oficial de policía y si tu planteamiento es optar a una plaza de inspector el sistema te obliga a preparar la oposición como uno más que no forma parte “del cuerpo”. Las oportunidades de promoción pueden hacer que te alejes cientos de kilómetros de tu hogar sin saber cuándo podrás regresar a casa, un factor que hacer que muchos policías por cuestiones de conciliación, cuidado de familiares o cualquier otra se sientan que están estancados. La posibilidad de avanzar y desarrollarse profesionalmente es un gran motivador, y su ausencia puede llevar a la desmotivación. Por otro lado el trabajador puede que se encuentre con la dificultad de acceder a determinado puesto, ya sea porque las bases no son claras o por que se excluye de dicha oportunidad al “no cumplir requisitos” o no respetarse la antigüedad, méritos y capacidad.
5. Salario Inadecuado
Un salario que no refleja el esfuerzo y las responsabilidades del empleado puede ser una fuente significativa de desmotivación. Tanto policías nacionales como guardias civiles llevan años reivindicando la equiparación salarial con los agentes de ámbito autonómico, principalmente respecto a sus homólogos de ámbito autonómico como mossos d’esquadra y ertzaintzas. Sentir que no se está siendo compensado adecuadamente o que se pierde un gran porcentaje de salario llegada la jubilación mientras que otros cobran el 100% puede llevar a la insatisfacción, el enfado y dejadez de funciones.
6. Falta de Autonomía
La autonomía en el trabajo permite a los empleados tomar decisiones y sentir que tienen control sobre su trabajo. Un excesivo control sobre las tareas que se desempeñan incluso cuantificando las mismas puede derivar en falta de autonomía y hacer que los empleados se sientan microgestionados y desmotivados. Dar a los empleados más control sobre sus tareas puede aumentar su compromiso y satisfacción.
7. Desalineación con los Valores de la Empresa
Parece difícil pero es real y cuando los valores y la cultura de la empresa no se alinean con los valores personales del policía, puede haber una desconexión que lleve a la desmotivación. Es importante que los agentes se sientan que están trabajando para una organización cuyas metas y valores comparten mirando hacia el futuro de forma sincronizada acorde la realidad que se palpa en el día a día.
8. Comunicación Deficiente
La falta de comunicación clara y efectiva puede llevar a malentendidos y frustraciones. Una comunicación abierta y transparente es clave para mantener a los empleados informados y comprometidos con los objetivos de la empresa.
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