Se cumplen 20 años de aquel jueves 11 de marzo de 2004. A las 7:36 horas de aquella mañana, se produjeron diez explosiones simultáneas en cuatro trenes de la red de Cercanías en Madrid. Dos de los trenes en los que se produjeron explosiones se encontraban en Atocha, uno en Santa Eugenia y otro en la estación de El Pozo.
Como consecuencia de estos ataques terroristas, murieron un total de 192 personas y 1.587 resultaron heridas.
Han pasado muchos años y la Audiencia Nacional celebró el juicio en el año 2007, tuvo un total de 57 sesiones. La sentencia fue dictada el 31 de octubre de 2007 y en ella, se consideró probado que la autoría de los atentados fue responsabilidad de una célula yihadista. De todos sus miembros, siete se inmolaron en el edificio de Leganés.
Allí murió un héroe. Alguien que cumplió con el deber superior. Obedecer órdenes y detener a los delincuentes. Pertenecía a una unidad de élite de la Policía Nacional.
El 3 de abril de 2004 murió Francisco Javier Torronteras, del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional en Leganés (Madrid), después de que siete terroristas alojados en un inmueble de la calle Carmen Martín Gaite, decidieran suicidarse al verse acorralados por los agentes. Nuestro recuerdo.
Los pueblos no pueden olvidar.
Porque los pueblos qué olvidan pagan MUY caro el olvido.
Y se convierte en un síndrome recurrente no sólo la falta de memoria sí no qué también el mismo hecho histórico qué vá quedando atrás…..