Independientes de la Guardia Civil (IGC) denuncia que a pesar de haber perdido recientemente a dos compañeros en Barbate, en acto de servicio, y a manos de narcotraficantes, siguen observando nuevos atentados, agresiones y actos de menosprecio por la vida de guardias civiles, ya como si de casos cotidianos se tratara, básicamente por la pérdida del principio de autoridad y ante la falta de respeto de ciertos elementos subversivos que pareciera que ven la delincuencia como su modo de vida, mostrando un total desprecio hacia la vida de los agentes. Impunidad con la que actúan, al verse en una mayoría de casos amparados por su superioridad numérica, la soledad de los agentes, la falta de medios apropiados y la tardanza de los refuerzos policiales.
Se ha conocido que en apenas 48 horas se han producido dos nuevos atentados contra funcionarios policiales, uno en Roquetas de Mar (Almería) y otro en San Roque (Cádiz), donde afortunadamente en estas ocasiones no debemos lamentar pérdidas humanas, más allá de lesiones leves y el susto propio de los golpes contra los vehículos policiales.
IGC se pregunta, ¿hasta cuándo tendrán que soportar los guardias civiles esta situación de menosprecio hacia ellos y riesgo para sus vidas sin que las instituciones competentes tomen cartas en el asunto y declaren de una vez por todas, la profesión como de riesgo, el tratamiento de autoridad y establezcan definitivamente las comarcas más “sensibles” y arriesgadas como Zonas de Especial Singularidad?
Desde Independientes de la Guardia Civil instan al Gobierno a que, de una vez por todas tome medidas urgentes y efectivas, amplíe la presencia policial en las calles, sobre todo en zonas en las que la demarcación es mayor y la respuesta de otros indicativos ante la necesidad de refuerzo es más elevada y blinde definitivamente las zonas más conflictivas de mayor riesgo, evitando así la sensación de impunidad que percibe el delincuente, que le incita a cometer hechos de este tipo y que detectamos vienen produciéndose con mayor asiduidad y brutalidad.
Remarcan que resulta acuciante reestructurar unidades. Parece incomprensible que, ante la evolución de nuestra sociedad, la globalización o su comunicación y movilidad, sigamos con la misma estructura y despliegue territorial que hace 80 años. Solicitan una reorganización estructural y acorde con los tiempos. Consideran urgente renovar el material y el armamento actual y dotar de nuevos y mejores medios de auto-protección a los funcionarios policiales.
Solicitan la compra y dotación para el personal operativo de pistolas eléctricas Táser, mucho menos lesivas, ya que el uso de armas de fuego es más arriesgado por su mayor lesividad. En definitiva, se debería apostar por adquirir más y mejores recursos para que se puedan evitar episodios tan tristes y desagradables como los ocurridos en el puerto de Barbate o continuamente en el Campo de Gibraltar. Como ejemplo del abandono al que están siendo sometidas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por ciertos partidos políticos, resaltar que algunos en Europa, han votado en contra de una declaración a favor de reconocer su profesión como de riesgo.