El Barca siempre ha sido y es el representante de la política independentista catalana, por eso siempre ha sido más que un club de futbol, una arma política. Desde hace décadas está inmerso en asuntos de máxima gravedad, más que turbios, corruptelas, que otros clubes ni siquiera podrían pensarlo, están por encima de las reglas del juego, de la Ley.
Se lo permitió Aznar, le siguió Zapatero, Rajoy, ahora el césar, Sánchez. No es pura coincidencia, es la realidad que convierten en teatralidad los que viven del “negosi”. Son esos canallas que engañan a los que son propietarios del club, sus socios, con triquiñuelas más propias de mafiosos, que están dilapidando a muchos jugadores que nada sabían de lo que los mercenarios traficaban. Esos son hoy una lacra para el futbol español e internacional.
Se imaginan por un instante que esta corruptela se la imputaran al Real Madrid, un “Madridgate”, a estas alturas ya estaría condenado preventivamente por la Liga, la Federación, el Consejo Superior de Deportes, la UEFA, la FIFA y el Gobierno en pleno, con los músicos y comparsas del periodismo subvencionado.
Por eso no puede entenderse que el Real Madrid se haya quedado sólo en la Liga de futbol profesional, bueno, mejor dicho con el Barca, al no suscribir un comunicado firmado por 40 clubes. Difícil será remontar el río lleno de caimanes.
Hasta ahora informaciones reservadas, algún requerimiento y poco más. La Fiscalía de momento con buena voluntad está actuando con la información facilitada por la Hacienda Pública, dado que dichas conductas se encuentran recogidas en los Delitos continuados de Corrupción entre particulares en el deporte profesional (art. 286 bis.4 del C.P.) y Administración desleal (art. 252.1, en relación con el art. 248 del C.P.).
Ojalá siga ese cauce después del año electoral. Si así fuera, aquello de Sánchez ¿De quién depende la Fiscalía? se habría revertido, pero no creo en Caperucita. El Barcelona C.F. no se merece a ese tipo de dirigentes desaprensivos que utilizan a los jugadores como unas marionetas en beneficio de sus miserables propósitos. Tampoco el futbol español. No hay ética, ni estética. Pero se lavarán las manos con gel hidroalcoholico y no pasará nada. El “Barcagate” se esfumará en un país de paniaguados de todo tipo ¡Visca el Barca! ¡Visca Negreira!
Autor: Manuel Novás Casmaño | Abogado
P.D. Se hace necesario también decir que la nueva Ley del Deporte 39/2022, aunque aún no ha entrado en vigor, sigue manteniendo el mismo plazo de prescripción de 3 años para las infracciones muy graves. Es decir, no hubo modificación.