Condenado a OCHO meses de prisión por matar a un perro de un disparo en Olite, Navarra.
Agentes de la Policía Foral de Navarra le sorprendieron cuando acaba de enterrar el cadáver.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número UNO de Tafalla ha condenado a un vecino de Olite a 8 meses de prisión por matar a un perro de un disparo.
Los hechos sucedieron en marzo del año pasado en El Monte Encinar de la localidad de Olite, un vecino escuchó un disparo y dio aviso a la Policía.
Cuando se personaron en el lugar los Agentes descubrieron a una persona que había enterrado el cadáver de un animal.
De las investigaciones se hicieron cargo los Agentes del Grupo de Investigación Medioambiental de la Policía Foral iniciando un procedimiento penal contra esta persona por un delito de maltrato de animal doméstico y una infracción administrativa por la inadecuada gestión del cadáver de un animal.
El resultado, “pena de prisión de OCHO meses, así como la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a obtener o mantener licencia de armas, así como para su tenencia y porte durante el tiempo de condena, al igual que la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión que tenga relación con los animales, y la prohibición de tenencia de animales durante el plazo de seis meses”.
Realmente es una pena que resulta insuficiente ante tales actos de maltrato y menosprecio a una vida.
Hace pocos días conocíamos la noticia de la perra en Baiona (Pontevedra) que había desparecido y que tras diez días de búsqueda, una protectora del municipio encontró a la mastín muerta con las piernas traseras atadas y dos heridas que habrían sido causadas por disparos.
La perra callejera, que estaba embarazada, nunca creó un conflicto y era tratada como la mascota del pueblo y ya tenía asignada casa de acogida gracias a la protectora Baisenpulgas, que fue la primera en descubrir el trágico final.
La Guardia Civil aún continúa investigando los hechos ante otro cruel asesinato de un animal, pero la Justicia no tiene armas suficientes para imponer un castigo merecido al autor de tal atrocidad.