Los militares que integran Regimiento Asturias 31 de la Brigada Guadarrama XII, han sido destinados desde este lunes al norte de Madrid para iniciaron maniobras de entrenamiento. Todo habría sido normal, en una situación normal, pero no es el caso dados los tiempos que corren y encontrándonos en la cresta de la tercera ola de la pandemia con unos niveles de contagio muy elevados.
El Plural ha denunciado la situación a la que el Ministerio de Defensa ha expuesto a los profesionales de las Fuerzas Armadas dado que se podrían detectar posibles contagios y pérdida de efectivos por una consecuente cuarentena. por unas maniobras que generan un clima de preocupación un riesgo que los soldados afectados asumen con ansiedad y desconcierto, ya no solo por el riesgo que supone para su salud sino también para la de sus propias familias.
Se trata de unas maniobras desarrolladas en una zona confinada donde el máximo de personas que podrían permanecer juntas es actualmente de 4 siendo por lo tanto, lo más lógico, que se ordenase su regreso al cuartel con las medidas de prevención oportunas o domicilio y durante el horario establecido una vez finalizado el servicio acogiéndose así al recién decreto publicado por la Comunidad de Madrid.
Según precisa la periodista Cecilia Guzmán, este polémico entrenamiento es realizado por unos 70 militares, a los que no se les ha practicado ninguna prueba para garantizar la mínima exposición a contagio. Las situación de mayor riesgo se agrava ante situaciones como la concentración de los efectivos durante los tiempos de descanso o de comida incrementándose en mayor medida en horario nocturno ya que varios efectivos deben compartir una tienda de campaña.
Por si fuese poco, a cada militar se le hace entrega de una mascarilla para toda la jornada de entrenamiento, un nivel deficiente en materia de prevención de riesgos laborales que contrasta con la reciente violación del escándalo de quebrantamiento del protocolo de vacunación frente a COVID-19 por altos mandos militares.
