La agresión se produjo el pasado martes en Pamplona y, según la magistrada, el expedientado fue consciente de que su acción podía causar lesiones graves e, incluso, la muerte de la víctima
La titular del Juzgado de Menores de Pamplona decretó este miércoles el internamiento cautelar en régimen cerrado por seis meses de un menor detenido el día anterior por haber herido a un joven en el cuello con una botella rota. La fiscalía de menores imputa al expedientado, de nacionalidad marroquí y residente en un centro de protección, un delito de homicidio en grado de tentativa, así como otro de amenazas.
Según consta en el auto, que puede ser recurrido ante la Audiencia de Navarra, el impacto de la botella rota en el cuello de la víctima “pone de manifiesto, al menos, la conciencia y voluntad de causar lesiones graves”, e, incluso, añade, no es descartable la representación y aceptación, por dolo eventual, “de la puesta en peligro de la vida, dada también la fuerza del golpe, que generó una herida profunda”.
Tras la agresión, que se produjo a última hora de la tarde del pasado martes en una calle del Segundo Ensanche de Pamplona, el supuesto autor fue detenido por la Policía Municipal.
Al día siguiente, el arrestado declaró en el Juzgado de Menores de la capital navarra y, a la conclusión, la fiscalía solicitó la medida cautelar de internamiento en régimen cerrado durante seis meses, así como la prohibición de aproximación tanto a la víctima de la agresión como a otro joven supuestamente amenazado, ambos también marroquíes, a menos de 200 metros.
En este sentido, el Equipo Técnico del juzgado informó de forma favorable a las peticiones de la fiscal, mientras que la abogada del expedientado se opuso.
En el auto, la juez destaca la existencia de “bastantes” indicios tanto de los hechos denunciados como de la autoría. De hecho, apunta que el propio menor encausado vino a reconocer la agresión, si bien alegó haber actuado “en defensa propia”.
Al parecer, según recoge la resolución judicial, en el momento de la agresión había un grupo de jóvenes con botellas, si bien el propio expedientado admitió que la víctima no portaba ninguna.
Para decretar el internamiento, la magistrada ha tenido en cuenta “la gravedad de los hechos, a todas luces evidente”, la “alarma” que causan, así como el hecho de que el imputado tenga otro expediente abierto en el juzgado por un delito menos grave de lesiones con instrumento peligroso, también con una botella.
De igual forma, la juez refleja en el auto que el informe del Equipo Técnico pone de manifiesto “un comportamiento reiteradamente amenazante” del expedientado en el centro residencial en el que se aloja “generador de temor”.
En definitiva, la magistrada concluye que, ante la situación de riesgo de la comisión de nuevos hechos, resulta necesaria una actuación inmediata que evite temporalmente el contacto del supuesto agresor con el exterior.
Por tanto, decreta el internamiento en el centro de menores de Aranguren por un tiempo de seis meses, que podrá prorrogare por otros tres, un periodo en el que el expedientado deberá someterse a un programa educativo.
Comunicación Poder Judicial